El alicaído equipo cubano de boxeo que compite en los Juegos Olímpicos de Río buscará este jueves imponer su clase cuando suba al cuadrilátero. Sin embargo, tendra que apurarse si desea obtener una medalla olímpica porque solo le quedan tres púgiles en la competencia.
Cuando sonó la campana olímpica, la agencia Prensa Asociada pronostico que la isla conquistaría cinco medallas de oro, pero la realidad ha sido otra. Los boxeadores cubanos han encajado derrota tras derrota y en este momento, Julio César La Cruz, Arlen López y Robeisy Ramírez son los únicos que podrían darle a Cuba una presea.
La Cruz no tendrá una pelea fácil este jueves en los 81 kg cuando busque el oroante el kasajo Adilet Niyazimbetov, medalla de plata en Londres 2012.
López y Ramírez combatirán en semifinales con el azerí Kamran Shakhsuvarly y el uzbeko Morodjon Akhmadaliev.
En la lona olímpica han caído destacados boxeadores cubanos como Joahnys Argilagos (minimosca); Roniel Iglesias (welter); Leinier Peró (supercompleto); y Yasmiel Toledo (64 kg). Este último ante el cubano nacionalizado azerbaiyano Lorenzo Sotomayor.
El excampeón olímpico cubano de Montreal-1976 Jorge Hernández (48 kg), dijo a la agencia AFP que el boxeo cubano, paradójicamente, tiene que mirar atrás si quiere seguir avanzando, y estimular a los púgiles a "tener la iniciativa de antes".
Uno de sus alumnos, Rodolfo Fuentes, señaló que "en estos Olímpicos han perdido los cubanos. Me han defraudado un poco, me gusta más el boxeo de antes, el viejo boxeo (...) Ahora los boxeadores no les gusta ligar golpes".
La realidad es que casi todo el mundo esperaba un mejor resultado de los boxeadores cubanos en Río, principalmente porque los púgiles isleños habían ganado la Serie Mundial 2016.
"No podemos hablar de cuántas preseas conquistaremos en total, pero nueve de nuestros púgiles podrían lograr una de cualquier color", aseguró en su momento Alberto Puig, presidente de la Federación Cubana de Boxeo a la agencia Prensa Asociada.