La decisión de las autoridades de Nicaragua de expulsar del país a Carlos Ponce, director de programas de América Latina de Freedom House, provocó una airada protesta este martes de esa organización defensora de los Derechos Humanos.
"Estamos consternados por la decisión del Gobierno de Nicaragua de negar la entrada a Carlos Ponce, y también por su estrategia más amplia de perseguir a los defensores de Derechos Humanos", señaló una nota de prensa firmada por su presidente, Mark P. Lagon.
El comunicado añade que la expulsión se debió a que el representante de una organización de Derechos Humanos señaló "el deterioro de las protecciones de la sociedad civil en Nicaragua".
Ponce recorría Nicaragua para reunirse con organizaciones de la sociedad civil local y oficiales del cuerpo diplomático, así como autoridades gubernamentales.
"Se le negó la entrada al país en la noche del
2 de febrero, cuando fue obligado a regresar a Washington. Las autoridades nicaragüenses dijeron que la medida se debió a una "decisión administrativa".
Por su parte, la congresista Ileana Ros-Lehtinen (republicana por Florida), declaró que no es "sorprendente que a Carlos –quien recientemente testificó frente al Congreso sobre los ataques a la libertad de prensa en Latinoamérica– le fuera negada la entrada y fuera expulsado por el esbirro de Nicaragua, Daniel Ortega".
La congresista recalcó que el régimen de Ortega ha mostrado intolerancia hacia los valores democráticos, y Ponce ha tenido una larga y distinguida carrera con Freedom House, reportando abusos contra los Derechos Humanos y la democracia en la región.
"Tratar a Carlos como un criminal, rodeándolo con guardias armados, es un intento desesperado de un mandatario despótico de silenciar a quienes exponen el vergonzoso récord de Derechos Humanos del régimen. Si este es otro ejemplo de cómo el régimen de Ortega pisotea los Derechos Humanos, ¿cómo puede la Administración Obama esperar que Ortega permita elecciones libres y democráticas este año?", subrayó la congresista.