Cuba dio inicio este lunes, 28 de noviembre, a un nuevo curso escolar con déficit de uniformes y materiales. En medio de la profunda crisis económica que vive el país, las familias cubanas enfrantan un desafío a la hora de enviar a sus hijos a las escuelas.
Según el gobierno, la falta de uniformes se debe a "la llegada escalonada de los tejidos" y "los problemas energéticos" que enfrenta la isla, con largos apagones debido a roturas constantes de sus principales termoeléctricas y la escasez de combustible.
Según la prensa estatal, más de 1.7 millones de estudiantes regresaron a clases en este nuevo curso, que se extenderá hasta julio próximo, pero muchos de ellos lo hicieron sin las necesidades básicas cubiertas, dijo a Radio Martí la activista Marthadela Tamayo.
"Cada curso escolar también deja una preocupación para las madres cubanas, y esto va desde tener las condiciones básicas fundamentales listas para poder dar seguimiento a nuestros hijos como educandos. No es un secreto para nadie que, en las actuales condiciones que vive la isla, no contamos ni con el aseo suficiente, ni con la alimentación suficiente para poder enfrentar todo este curso escolar", señaló Tamayo.
La activista dijo que no en todas las enseñanzas están garantizadas las libretas, los libros, los lápices... para poder llevar el nuevo curso escolar. Con estas escasas condiciones, el regreso a la escuela será "una tarea difícil" para las madres cubanas, aseguró Tamayo.
Alrededor de 477 centros educativos sufrieron afectaciones a finales de septiembre pasado, tras el paso del huracán Ian por el occidente del país. De ese total, solo un
centenar se ha recuperado al 100%, y los trabajos de reparación continúan en otras 50 escuelas, informó el lunes el portal digital oficialista Cubadebate.
La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, dijo a la prensa estatal que "la norma de dos uniformes completos" para los alumnos de nuevo ingreso "no se cumplirá en estos momentos", en declaraciones recuperadas el domingo por Juventud Rebelde.
De igual forma, Velázquez reconoció que "no es posible entregar el módulo completo" de los materiales para los alumnos, a los que solo se les entregará la mitad de las libretas y un lápiz al mes. Los libros de texto de años anteriores deber reutilizarse, ante la imposibilidad de imprimir nuevos volúmenes, añadió la funcionaria.
En La Habana, otro problema grave será la falta de educadores. La capital necesitará el apoyo de unos 3.000 profesores de otras provincias.
Los constantes apagones han afectado también el rendimiento escolar de los estudiantes. En septiembre pasado, una maestra de Holguín, en el oriente del país, denunció esa situación. “Yo si he visto cosas horribles allí, hay niños que no llevan merienda; hay niños que llegan al aula cansados, con sueño", dijo a Radio Martí.
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