El Fiscal argentino que apareció muerto de un balazo tras acusar a la presidenta Cristina Fernández de encubrir a los supuestos responsables iraníes de un brutal atentado de hace 20 años no fue el verdadero autor de la denuncia, dijo el viernes un funcionario del Gobierno, citado por la agencia Reuters.
La acusación redactada por el fiscal Alberto Nisman, que involucra también al canciller Héctor Timerman en un presunto pacto con Irán, debía ser presentada el lunes último en el Congreso, pero el cuerpo del funcionario judicial apareció el domingo sin vida y con una pistola al lado, en su departamento de Buenos Aires.
Aunque la principal hipótesis de los investigadores es el suicidio, el escandaloso caso disparó todo tipo de especulaciones entre los argentinos. La misma presidenta Fernández dijo el jueves que está "convencida" de que no fue un suicidio.
"Yo he trabajado mucho con el fiscal Nisman, sé que era un hombre formado y con 'expertise' en el derecho, no puede haber escrito esa burrada (disparate). Totalmente claro que no tiene nada que ver con eso", dijo a periodistas el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández.
El extenso texto de la denuncia, que se basa en muchas horas de escuchas telefónicas, fue publicado esta semana por la justicia argentina.
El Gobierno dejó entrever en los últimos días que sospecha que la denuncia de Nisman fue impulsada por agentes desplazados del servicio de inteligencia, que también podrían haber estado implicados en su muerte. Algunos funcionarios e investigadores señalaron que podría tratarse de un suicidio instigado.
Portavoces del Gobierno apuntan a un ex agente de inteligencia llamado Antonio Stiusso, quien dicen que engañó a Nisman asegurándole que dos hombres clave en la investigación del encubrimiento eran agentes.
El Fiscal "les servía primero vivo para presentarla y después seguramente les servía muerto", añadió Fernández.
La causa tiene la carátula de "muerte dudosa" y la fiscal Viviana Fein señaló que por el momento no hay que descartar ninguna posibilidad. Muchos de los allegados a Nisman creen que no fue un suicidio.
En la acusación, que el funcionario judicial de 51 años adelantó públicamente la semana pasada, se plantea que Argentina pretendía encubrir a los sospechosos iraníes de planificar el atentado a la mutual argentino-israelí AMIA en 1994, que dejó 85 muertos.
El objetivo del supuesto encubrimiento –negado rotundamente por el Gobierno– habría sido aumentar el comercio bilateral con Irán.