Gobiernos de Centroamérica cerraron filas esta semana ofreciendo protección y hasta un cálido discurso a los cubanos que reiniciaron un organizado peregrinaje hacia Estados Unidos, al tiempo que toman medidas para ir poniendo freno a la indetenible migración procedente de Cuba.
Las imágenes del primer grupo de 180 migrantes cubanos abordando el martes un avión en Liberia, Costa Rica, como parte del plan regional para salir del atasco que ha costado a los países centroamericanos recursos y hasta una crisis diplomática, ha inundado las redes sociales y ha acaparado titulares.
"En nombre del Gobierno de Costa Rica, del señor Presidente y del mío, por supuesto, quiero desearles muy buen viaje, no sólo en el que inician en esta vía aérea, sino en el viaje de la vida, una vida próspera y feliz para cada uno de ustedes", dijo visiblemente emocionado el canciller costarricense, Manuel González, al despedir dentro de un avión de la línea aérea Avianca al primer grupo que reinició la travesía para por fin llegar a Estados Unidos.
"#Migrantes Cubanos ¡Buen Viaje!", publicó en Twitter la Presidencia de Costa Rica, en un mensaje compartido por el presidente Luis Guillermo Solís en su cuenta @luisguillermosr.
Poco después, la Casa Presidencial envió otro alentador mensaje: "¡Todo salió bien! Primeros cubanos han llegado a la frontera sur de México en Tapachula".
Y, si todo sigue saliendo bien, estos 7.802 cubanos varados en Costa Rica no tendrán que lidiar con traficantes de personas o coyotes, ni policías corruptos, ni con bandas criminales.
Costa Rica es un país serio, que se casa con tesis humanitarias. Pero, por mucho que queramos, no podemos seguir recibiendo migrantes"
Contrario a eso, su paso por Centroamérica será minuciosamente organizado y supervisado en cada escala por los Gobiernos regionales y por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
"La partida del grupo piloto de cubanos no debería distraer la atención de la necesidad urgente de asistencia humanitaria de los otros 7.802 cubanos que permanecen varados en Costa Rica", dijo Roeland de Wilde, jefe de misión de la OIM de Costa Rica.
Viéndolo aisladamente, tanta efusividad podría estar enviando un mensaje equivocado. La solución puntual a la crisis actual, al parecer, en lo adelante será la excepción y no la regla.
"Costa Rica es un país serio, que se casa con tesis humanitarias. Pero, por mucho que queramos, no podemos seguir recibiendo migrantes", dijo el Presidente tico antes de conseguir el acuerdo regional.
"Por favor no lo hagan, no queremos deportarlos. Ayúdennos y ayúdense", dijo en emotivo discurso grabado a los cubanos en diciembre, aludiendo a los que siguen saliendo de la isla.
Incluso, pidió a la policía de su país actuar sin contemplaciones contra el tráfico de personas. "No habrá tregua ni vacaciones", dijo.
La "papa caliente"
Los cubanos se volvieron la "papa caliente" después que el Gobierno del nicaragüense Daniel Ortega fue categórico cerrándoles las puertas. A mediados de noviembre, impidió, usando sus fuerzas militares, que cientos de cubanos atravesaran la frontera como parte de una aciaga travesía que han seguido muchos en el afán de alcanzar el sueño americano.
En principio, autoridades de la región criticaron la postura de Managua, pero cada uno fue, paso a paso, poniendo la marcha atrás en la medida en que Costa Rica solicitaba ayuda a gritos para salir del atasco.
Tras varios intentos fallidos, las autoridades costarricenses dieron la espalda al diálogo político de Sistema de Integración Centroamericano (SICA) –donde juega un rol clave–, consiguiendo con gran esfuerzo que países de la región como El Salvador o Guatemala dieran luz verde al plan para tender un puente humanitario para poner fin al cuello de botella en el que quedaron los cubanos.
Luego, siguieron otros. Ecuador, destino a donde los isleños podían llegar vía aérea sin requerir visas, decidió el 1 de diciembre imponer el requisito, generando molestias y hasta inusuales protestas frente a su embajada en La Habana.
Previo al acuerdo regional de fines de diciembre, el Gobierno de Guatemala dijo que la crisis cubana no tiene carácter humanitario, arremetiendo contra la Ley de Ajuste Cubano, un mecanismo que ha sido reconocido en la región como el principal incentivo a la inmigración ilegal desde la isla caribeña.
El presidente guatemalteco, Alejandro Maldonado, pidió el fin del mecanismo vigente desde 1966 o un trato igualitario al resto de los centroamericanos.
Panamá, por su parte, respondió en noviembre a la petición de Costa Rica de ayudar a contener el arribo de cubanos a su frontera procedentes de Colombia.
"No se vale que los dejen pasar y nos pongan toda la carga a nosotros", dijo el Canciller tico al diario La Nación a fines de noviembre, tras elogiar la respuesta panameña.
Y, pese a que Panamá continúa ofreciendo asistencia humanitaria y permitiendo el paso por su territorio, la decisión de Costa Rica de suspender la entrega de visado temporal a los cubanos desde el 18 de diciembre tiene en vilo a cientos de cubanos que quedaron fuera de la evacuación en curso.
"Panamá va a seguir trabajando. Esto no puede ser una solución sólo de Costa Rica, sólo de Panamá o sólo de Nicaragua. Tiene que ser una solución en conjunto de todos los países de Centroamérica", dijo este mes el vicecanciller panameño, Luis Miguel Hincapié, a medios locales.
Miami se resiente
Por si fuera poco, los migrantes cubanos que están intentando llegar a Estados Unidos estarían enfrentando una evidente resistencia del exilio en Miami, bastante desentendido hasta ahora.
La crisis que ha durado dos meses ha destapado sentimientos encontrados en grupos de exiliados que no confían en las últimas oleadas de cubanos; los que, favorecidos por una modernizada ley migratoria cubana, están regresando a la isla tan pronto obtienen la residencia temporal.
Políticos de origen cubano sostienen que están ayudando a apuntalar al Gobierno comunista, con el envío de millones de dólares en remesas familiares y hasta comprando casas y abriendo negocios en la isla.
A diferencia de otros exilios, al no ser bienvenidos, ellos van a tener que ganarse con su esfuerzo el demostrar que ellos también vienen a luchar y que tienen derecho a una vida mejor"
Alicia García, que lidera la Fundación Éxodo 94, dijo recientemente a Martí Noticias que el exilio está "muy dolido", "dividido" y "renuentes" a ofrecer ayuda a los que vienen llegando, en momentos en los que busca habilitar un albergue para los que no tienen familiares ni amigos en Estados Unidos.
Como Gobiernos regionales y organismos internacionales, algunos en Miami, creen que se trata de migrantes económicos que voluntariamente han vendido sus casas y propiedades para costearse el viaje.
"A diferencia de otros exilios, al no ser bienvenidos, ellos van a tener que ganarse con su esfuerzo el demostrar que ellos también vienen a luchar y que tienen derecho a una vida mejor", dijo García.
La alcaldía de Miami ha reiterado que no tiene de fondos para acoger a los refugiados cubanos procedentes de Centroamérica.
"Es indignante que se explote la generosidad del pueblo estadounidense", dijo recientemente el senador republicano y precandidato presidencial Marco Rubio, tras presentar la Ley de Oportunidad de Trabajo para el Inmigrante Cubano del 2015 que, si es aprobada, terminaría la elegibilidad automática para recibir asistencia pública federal para los ciudadanos cubanos, a menos que puedan demostrar que son perseguidos políticos.