Las campañas publicitarias de las marcas de ron Havana Club, -Bacardí y Pernod Ricard-, son la más reciente escalada de una pelea de 20 años entre los dos gigantes por el derecho exclusivo a vender la marca en Estados Unidos cuando sea levantado el embargo estadounidense a la isla.
En su nuevo anuncio publicitario, Bacardí muestra a una pareja saboreando cocteles es un entorno que evoca la distensión y decadencia de la Cuba prerrevolucionaria añorada por muchos exiliados.
Pernod Ricard, -que produce Havana Club como parte de su negocio con el Gobierno de Cuba-, exhibe en una galería digital a cubanos orgullosos del oficio y la tradición que ofrece su país.
Tanto Bacardi como Pernod Ricard esperan aprovechar el aprecio creciente de los consumidores por los rones de calidad, así como la expectación de los estadounidenses de poder viajar a Cuba y adquirir sus puros y rones, hasta ahora vedados, dijo la agencia AP.
La agencia resalta cómo una disputa que generalmente se resuelve a favor del primero que registró la marca, se hace complejo de determinar debido al abismo existente entre el gobierno cubano y los exiliados.
Bacardi y Pernod Ricard no pierden la esperanza
Cuando el presidente Barack Obama anunció la distensión en diciembre de 2014, el presidente y gerente general de Pernod Ricard dijo que era una buena noticia para cubanos y estadounidenses y que la compañía espera por fin poder vender su Havana Club en Estados Unidos.
Bacardi, propiedad de la familia cubana fundadora, todavía aspira a los derechos a su nombre en Cuba, una marca registrada de la que se apoderó el gobierno de Fidel Castro.
Cuba registró su marca estadounidense en 1976 y exportó Havana Club principalmente a Europa oriental hasta 1993, cuando se asoció con Pernod Ricard, con sede en París. Ahora se vende en más de 120 países, pero no en Estados Unidos, el primer mercado mundial para el ron.
Las ventas de ron en Estados Unidos generaron ganancias por 2.300 millones de dólares el año pasado para las destilerías, mientras las marcas premium para saborear están alcanzando a los rones saborizados o con especias, de acuerdo con cifras del Consejo de Alcoholes Destilados de Estados Unidos.
Bacardi produce sus rones en Puerto Rico y México, pero la compañía alega que ha vendido ron cubano en Estados Unidos durante más de un siglo.
Vende su Havana Club en varios estados desde mediados de la década de 1990. La nueva campaña publicitaria de la "edad dorada" que alude al pasado cubano de Bacardi es parte de la nueva presentación nacional de un nuevo ron oscuro Havana Club.
Bacardi compró el nombre y la fórmula de destilación escrita a mano de memoria por la familia Arechabala, que creó la marca en Cuba en 1935, pero que el gobierno de Castro pasó a controlar en 1960.
Los alegatos de la compañía en juicios federales y apelaciones a la junta de marcas registradas abundan en relatos indignados de cómo los soldados de Castro confiscaron las oficinas de los Arechabala.
Cuando se adquirió Havana Club, el entonces presidente Manuel Jorge Cutillas se sintió obligado a ayudar a los Arechabala, que no contaban con instalaciones fuera de Cuba para mantener su negocio, dijo Rick Wilson, vicepresidente de asuntos empresarios de Bacardi.
"Recuerdo sobre todo cuando hablaba de la importancia de ayudar a esta familia para que no salieran todos sus bienes de Cuba", dijo Wilson en una entrevista en las oficinas de Bacardi en las afueras de Miami.
Las ventas de Havana Club, impulsadas por promociones que incluyen a artistas cubanos y cocteles clásicos, sumaron 4 millones de cajones en el año fiscal 2015, de acuerdo con el balance anual de Pernod Ricard, que registró ventas netas totales por 9.700 millones de dólares.
Bacardi, con sede en Bermuda, no revela sus ganancias, pero su informe de responsabilidad empresarial para el año fiscal 2014 registra 60 millones de cajones con ganancias netas por 4.477 millones de dólares. Documentos judiciales revelan que pagó 1,25 millones de dólares a los Arechabala por los derechos de la marca Havana Club.
Las cortes estadounidenses generalmente han fallado contra Cuba en este caso, pero el gobierno de la isla ha insistido en renovar el registro de su marca Havana Club con el argumento de que si el embargo no le permite renovarla, tampoco le permite cancelarla.
Bacardi perdió sus derechos a la marca Havana Club en España después de un litigio prolongado. La Organización Mundial de Comercio también ha tomado partido por Cuba al sostener que Estados Unidos viola las normas multilaterales de comercio al regular los casos sobre bienes confiscados por el gobierno de la isla.