Alberto Fonseca Ortega, hermano de Roberto Pérez Fonseca, de 39 años, condenado a diez años de prisión por romper un cuadro del dictador Fidel Castro en la calle durante las protestas del 11 de julio en Cuba, denunció este martes en el Parlamento Europeo la situación de los manifestantes encarcelados en la isla.
El joven forma parte de una delegación del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) que viajó a Bruselas para denunciar ante varias instituciones europeas la represión en Cuba a raíz de las manifestaciones populares del 11J.
"Hoy me reuní con miembros de la oposición cubana, amigos y familiares de los encarcelados por las protestas del #11J. Lamento que parte de la delegación no haya podido acudir debido a los impedimentos para viajar del régimen cubano", dijo en Twitter el eurodiputado Antonio López-Istúriz White junto a una foto del encuentro.
En un video publicado el lunes en la red social, el Observatorio transmitió las primeras declaraciones de Fonseca Ortega antes de empezar la ronda de encuentros que, anuncia, tendrá con otros eurodiputados y funcionarios de los derechos humanos.
“Vamos a pedir libertad para los presos políticos, vamos a hablar de la situación humanitaria, vamos a hablar de la situación dentro de las prisiones, de la situación que están viviendo las familias fuera de las prisiones”, expresó.
Fonseca Ortega se refirió a sí mismo como “exiliado por problemas políticos” y dijo, además, que hace ocho años no ve a Liset Fonseca, “su madre querida”, a quien el régimen cubano impidió viajar en compañía de Marta Perdomo, madre de Jorge y Nadir Martín Perdomo, prisioneros también del 11 de julio, condenados a seis y ocho años de prisión respectivamente.
Ambas mujeres fueron interceptadas por la Seguridad del Estado, ya en la sala de embarque del Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana, tras haber realizado sin interferencia todos los trámites pertinentes para viajar a Europa.
El OCDH insistió este martes en un tuit sobre la importancia de la solidaridad internacional para con los prisioneros políticos y sus familiares, señalando que aún en estos momentos "en Europa hay quienes todavía creen en la propaganda del régimen".