El Consejo para la Transición Democrática en Cuba expresó su preocupación este lunes por la invasión de Rusia a Ucrania y se solidarizó con el pueblo ucraniano por los crímenes cometidos en su contra.
El Consejo expresó que entiende el profundo dolor del pueblo ucraniano y se solidarizó con los ciudadanos de ese país, víctima de crímenes de guerra, especificando que el “partido comunista de Cuba no es la voz del pueblo de Cuba".
Asimismo, comparó las violaciones de derechos humanos de Rusia con las del régimen cubano, asegurando que ambos actúan de la misma manera, pues tienen “la misma naturaleza”.
“Las y los cubanos conocemos también los horrores de la maquinaria de la violencia institucionalizada. Sus estragos en Cuba no tienen la magnitud, la crueldad y la brutalidad mostradas por un criminal de guerra como Putin. Sí la misma naturaleza. Los Putin del Caribe muestran la misma saña contra nuestros ciudadanos y ciudadanas", dijo la organización.
El Consejo enumeró las acciones del estado cubano contra sus ciudadanos, como la criminalización de la protesta social y el encarcelamiento para acallar las voces disidentes. Estas acciones represivas "causan otros horrores que están dañando profundamente a nuestra sociedad”, señala el documento firmado por la directiva de la organización.
“No es de extrañar que el gobierno cubano apoye al imperialismo ruso, guarde las formas con la abstención en los organismos internacionales y no condene lo que constituye desde ya un principio de genocidio al pueblo ucraniano. Todo a pesar del claro posicionamiento de la mayoría de la comunidad internacional y de lo que a este respecto dicen la Constitución y el Código Penal cubanos”, recalcó.
El Consejo para la Transición Democrática destacó que el partido comunista cubano “ha terminado siendo la expresión más conservadora, despótica e inepta del planeta”, liquidando un proyecto de nación, como mismo hace Rusia en los pueblos que invade e intenta colonizar.
La organización pidió el respaldo y solidaridad internacional para defender “el derecho a una vida digna y en paz”. Además, aseguró que la comunidad internacional está obligada a “una profunda redefinición de sus relaciones con las autocracias: pequeñas, medianas o imperiales”.
“Los pueblos de Ucrania y Cuba merecen recuperar su soberanía y poder vivir en democracia y libertad”, concluye la misiva.
