Los astros son luminosos por definición, pero los de Houston ensombrecieron este martes el estadio de los Yankees de Nueva York y eliminaron a los mulos, tres carreras por cero, en el partido por el wild card 2015 en la Liga Americana del big show beisbolero.
Una multitud de 50.113 almas comenzó a enmudecer tempranamente, con el jonrón de Colby Rasmus ante Masahiro Tanaka en la apertura del segundo inning –ya para entonces se había olvidado el culebrón de C. C. Sabathia y su sorprendente tratamiento por alcoholismo– más el apacible trabajo desde la lomita del visitante Dallas Keuchel, un zurdo que ganó 20 pleitos en la temporada.
Es verdad que Keuchel apenas alcanzó las 90 millas de velocidad –nunca había actuado con tres días de descanso–, que debió hacer muchos lanzamientos, pero supo colocarlos con inteligencia, para vergüenza de un equipo neoyorquino que sólo le pegó tres hits en seis episodios. El ganador pasó a un hombre y ponchó a siete.
Antes de la irrupción del bull pen de Houston –¡tres tiradores, uno por inning, impidieron que Nueva York diera más hits!– Carlos Gómez le pegó otro bambinazo a Tanaka, en el quinto acto, y el fantasma de la derrota comenzó a recorrer los pasillos del estadio, como un Halloween anticipado.
La última carrera, en el séptimo, cristalizó por cohete impulsor de Carlos Gómez a costa de los apagafuegos de Nueva York, porque Tanaka se fue a las duchas después de cinco episodios. Houston dio cinco hits, los Yankees sólo tres: del primero al séptimo en la tanda acumularon un raquítico de 21-1, y A-Rod falló cuatro veces, con dos ponches en su expediente.
Duró sólo una noche el regreso de Nueva York a la postemporada, después de tres años, pero allí estaba el verdugo Keuchel, un rival que le vedó el home al equipo de la Gran Manzana al cabo de tres aperturas y 22 innings.
Ahora Houston va contra Reales de Kansas City en la serie de división de la Liga Americana, pactada al mejor de cinco juegos. Y esta noche, en Pittsburgh, Piratas y Cachorros de Chicago escenifican el encuentro por el wild card del viejo circuito.
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