Seis meses después del azote del huracán Sandy en Cuba (octubre de 2012), particularmente en la ciudad de Santiago de Cuba, "una gran cantidad de personas siguen viviendo en refugios temporales e improvisados, o con familiares y amigos", señala María Clara Attridge, asesora de la Cruz Roja Británica.
Attridge afirma que "aunque una gran cantidad de escombros ha sido eliminado, el gobierno (cubano) estima que sólo el 14 por ciento de los techos han sido reparados".
La funcionaria británica visitó recientemente Cuba para ver en qué estado se encontraban las labores de auxilio en la isla. Declaró a redcross.org.uk que "la destrucción es grave y sigue siendo muy visible, sobre todo en la ciudad de Santiago de Cuba, donde muchos edificios no tienen techo; el huracán destruyó todo lo que tenían en su interior".
"La Cruz Roja ha estado distribuyendo artículos como utensilios de cocina, kits de higiene y materiales para techos. Inicialmente, entregamos lonas para ser utilizadas como materiales para techos; pero ahora, como estamos entrando en la fase de recuperación, estamos distribuyendo placas de zinc y clavos para la reconstrucción de los techos dañados por el huracán", indicó.
Según Attridge, "los fondos canalizados a través de la Cruz Roja Británica por el Departamento para el Desarrollo Internacional, en su mayoría se gasta en vivienda. Pero debido a la falta de fondos, el número de personas que la Cruz Roja Cubana esperaba emplear tendría que reducirse".
Manifestó que "actualmente hay cerca de 90 voluntarios que trabajan en la fase de recuperación. En los primeros tiempos hubo 1.200, pero, una vez que la fase inicial de la emergencia pasó, muchos de los voluntarios tuvieron que volver a sus puestos de trabajo normales".
Attridge dijo que le conmovió ver como el pueblo cubano "aprecia el apoyo de la Cruz Roja (…) En Cuba, los salarios son muy bajos – entre 10 y 15 dólares al mes, y sin los equipos de cocina y kits de higiene facilitados por la Cruz Roja, sería muy difícil para la mayoría de la gente darse el lujo de reemplazar artículos personales que hayan sido dañados por el huracán".
Attridge afirma que "aunque una gran cantidad de escombros ha sido eliminado, el gobierno (cubano) estima que sólo el 14 por ciento de los techos han sido reparados".
La funcionaria británica visitó recientemente Cuba para ver en qué estado se encontraban las labores de auxilio en la isla. Declaró a redcross.org.uk que "la destrucción es grave y sigue siendo muy visible, sobre todo en la ciudad de Santiago de Cuba, donde muchos edificios no tienen techo; el huracán destruyó todo lo que tenían en su interior".
"La Cruz Roja ha estado distribuyendo artículos como utensilios de cocina, kits de higiene y materiales para techos. Inicialmente, entregamos lonas para ser utilizadas como materiales para techos; pero ahora, como estamos entrando en la fase de recuperación, estamos distribuyendo placas de zinc y clavos para la reconstrucción de los techos dañados por el huracán", indicó.
Según Attridge, "los fondos canalizados a través de la Cruz Roja Británica por el Departamento para el Desarrollo Internacional, en su mayoría se gasta en vivienda. Pero debido a la falta de fondos, el número de personas que la Cruz Roja Cubana esperaba emplear tendría que reducirse".
Manifestó que "actualmente hay cerca de 90 voluntarios que trabajan en la fase de recuperación. En los primeros tiempos hubo 1.200, pero, una vez que la fase inicial de la emergencia pasó, muchos de los voluntarios tuvieron que volver a sus puestos de trabajo normales".
Attridge dijo que le conmovió ver como el pueblo cubano "aprecia el apoyo de la Cruz Roja (…) En Cuba, los salarios son muy bajos – entre 10 y 15 dólares al mes, y sin los equipos de cocina y kits de higiene facilitados por la Cruz Roja, sería muy difícil para la mayoría de la gente darse el lujo de reemplazar artículos personales que hayan sido dañados por el huracán".