Las autoridades cubanas decretaron cuarentena en todos los asilos de ancianos de La Habana tras haber sido detectados casos positivos al COVID-19 en uno de ellos: el conocido por Santovenia, ubicado en el Cerro.
“Que haya contagiados de COVID-19 en una entidad geriátrica hace cundir las alarmas, indiscutiblemente. Más allá del aspecto propiamente humano, está claro, que los residentes son personas que, por la edad, tienen una serie de enfermedades crónicas que los hace incompetentes para enfrentar el virus. Por tanto, allí, las cifras de mortalidad podrían ser catastróficas. Y más, cuando el sistema de salud cubano está fracasando al manejar la pandemia en condiciones de nueva normalidad”, dijo, desde ese municipio capitalino, el economista y politólogo Enix Berrios.
“Evidentemente, los protocolos que se aplican están fallando en lo que se refiere a la atención primaria: por falta de ambulancias, de medicamentos, de lencería hospitalaria, de alimentos para las personas que están diagnosticadas y aisladas; está escaseando hasta la sangre para determinados pacientes, la distribución de oxígeno y, sobre todo, hay fallas de conexión entre las instituciones que prestan servicio en el sistema de salud pública”, apuntó el también activista político.
El periódico oficial Tribuna de La Habana informó, citando a la directora de Salud Pública, que se descubrieron otras 9 personas positivas al COVID-19 en ese hogar, que alberga alrededor de 300 ancianos.
Sin embargo, la hermana María Catalina, una de las monjas que administra la institución, aseguró a Radio Televisión Martí que en Santovenia sólo se han registrado dos enfermos por COVID-19.
“Aquí no hay ningún caso, los dos que hubo están en el hospital. Ya hicieron la encuesta y la pesquisa y no encontraron ninguno. Se fumigó y se hizo todo lo que indicaron”, explicó.
Por su parte, la directiva de Salud actualizó que el viernes se concluyó con la toma de las 108 muestras de PCR pendientes y en la noche del mismo día se comenzó la aplicación del fármaco en gotas, Nasalferon, para fortalecer el sistema inmunitario de los ancianos.
Pero Sor María Catalina insistió: “a todos los asilos los han puesto en cuarentena para proteger a los ancianos porque el personal empleado y parientes están en la calle, donde están expuestos, como nos pasó a nosotros que los contaminados cogieron el virus fuera”.
La situación se da en un momento en que el régimen recibe críticas por el abandono en que se encuentra el sector etario, el más vulnerable de la sociedad.
Por otro lado, la ciudadanía ha estado denunciando, tanto por la prensa oficial como independiente, la ineficacia de los laboratorios para procesar, con fidelidad, la alta cifra de pruebas PCR (por sus siglas en inglés, Polymerase Chain Reaction) que se están recolectando.
En este sentido, el periodista independiente guantanamero, Niober García Fournier, manifestó a nuestra redacción que cree que hubo probable mala práctica en la atención médica a su padre de 79 años, internado en un centro de aislamiento por COVID-19.
Pastor García Tamarit fue llevado por sus familiares al hospital provincial Agustino Neto de Guantánamo porque creían que tenía problemas neurológicos, pero allí le diagnosticaron infección renal y neumonía. Treinta y cinco horas después determinan que tiene COVID-19. Lo llevan a un establecimiento de aislamiento y le suspenden los medicamentos que estaba recibiendo.
“Lo trasladaron a ese lugar, sin historia clínica, sin ningún documento que acreditara que estaba siendo tratado con antibióticos. Después de varias quejas que planteamos, los mandos del centro sanitario decidieron que nosotros compráramos la medicina para llevársela porque era lo único que podían hacer”, dijo.
“Este es un mal proceder que estamos viendo. ¿Cómo lo van a sacar del hospital donde le están suministrando antibióticos para un centro de aislamiento? Primero dijeron que se lo llevaban porque el PCR llegó positivo, después porque estaba esperando el resultado del PCR, ahora, en la madrugada de este domingo, dicen que dio positivo”, lamentó el comunicador.
“Sólo han pasado tres días desde que le hicieran el test. La población guantanamera se está quejando de la tardanza que tienen los resultados de PCR, personas dicen que llevan hasta 12 días esperando el resultado. ¿Entonces él de mi papá llegó en sólo tres días?", comentó el García Fournier.
Los Consejos de Defensa provinciales han advertido que se debe garantizar la entrega de los resultados en 48 horas.
García Tamarit es hipertenso y padece un enfisema pulmonar, explicó su hijo.
“Con esas enfermedades, si tuviera el coronavirus ya habría mostrado algún síntoma. Mi papá no presenta ninguno. La población está diciendo que el test rápido no es de fiar y está dando positivo a todo el que padece cualquier otra infección. Están recluyendo a personas no infestadas por COVID-19 pero que terminan estándolo en los centros de aislamiento”, señaló García Fournier.