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Informe de la ONU denuncia que el trato a los uigures in Xinjiang, China, podría ser una forma moderna de esclavitud


Musulmanes en la India denuncian represión a los uigures en China. (Punit Paranjpe/AFP).
Musulmanes en la India denuncian represión a los uigures en China. (Punit Paranjpe/AFP).

Un informe de Naciones Unidos advierte que las minorías en la región china de Xinjiang se ven obligadas a trabajar en contra de su voluntad y enfrentan violencia física y sexual y "otros tratos inhumanos o degradantes" en lo que puede constituir una forma moderna de esclavitud, reportó Radio Asia Libre, RFA.

En el informe de 20 páginas, Tomoya Obokata, relator especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, dijo que los uigures, los kazajos y otras minorías étnicas estaban siendo utilizadas como mano de obra forzada en sectores como la agricultura y la manufactura.

Los miembros de estos grupos son detenidos y sujetos a colocaciones laborales bajo el sistema de educación y capacitación de habilidades vocacionales exigido por el Estado y un programa de alivio de la pobreza que coloca a los trabajadores rurales excedentes en sectores con escasez de empleados.

Existen medidas similares en el vecino Tíbet, donde un extenso programa de transferencia de mano de obra ha desplazado a los granjeros, pastores y otros trabajadores rurales tibetanos a trabajos poco calificados y mal pagados, según el informe, que se publicó para la sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU del 12 de septiembre al 1 de octubre.

"Si bien estos programas pueden crear oportunidades de empleo para las minorías y mejorar sus ingresos, como afirma el gobierno, el relator especial considera que los indicadores de trabajo forzoso que apuntan a la naturaleza involuntaria del trabajo realizado por las comunidades afectadas han estado presentes en muchos casos”, dice el informe en referencia a Xinjiang.

El documento añade que los trabajadores soportan "vigilancia excesiva, condiciones de vida y de trabajo abusivas, restricción de movimiento mediante internamiento, amenazas, violencia física y/o sexual y otros tratos inhumanos o degradantes".

Dice que, en algunos casos, las condiciones que enfrentan los trabajadores "pueden equivaler a la esclavitud como un crimen contra la humanidad, lo que amerita un análisis independiente adicional".

El gobierno chino ha retenido a aproximadamente 1,8 millones de uigures y otras minorías musulmanas en una amplia red de campos de "reeducación" que, según Beijing, tiene como objetivo prevenir el extremismo religioso y el terrorismo en la región. El trabajo forzoso u obligatorio ha sido una parte clave de la represión sistemática de los grupos, informa RFA.

El informe de Obokata se produce cuando los grupos de activistas uigures esperan la publicación de un informe atrasado sobre abusos de derechos en Xinjiang por parte de la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, quien originalmente informó al Consejo de Derechos Humanos en septiembre de 2021 que su oficina estaba cerca de completar su evaluación de denuncias de violaciones de derechos en la región. Tres meses después, un vocero dijo que el informe se emitiría en cuestión de semanas, pero no fue así.

En julio, la oficina de Bachelet dijo que aún se estaba trabajando en el informe y que se publicaría antes de que ella dejara el cargo a finales de este mes.

Bachelet enfureció a los grupos de activistas uigures después de que visitó China, incluido Xinjiang, a fines de mayo, repitiendo la afirmación de China de que los campos de internamiento, a los que Beijing se refiere como centros de formación profesional, habían sido cerrados. Los grupos denunciaron el viaje como una oportunidad de propaganda que permitió a China encubrir sus crímenes contra la humanidad y el genocidio contra los uigures.

Estados Unidos y las legislaturas de varios países occidentales han declarado que la represión de China en Xinjiang constituye un genocidio y un crimen contra la humanidad.

"La publicación del informe de la ONU sobre las formas contemporáneas de la esclavitud es muy importante en un momento en que China está haciendo todo lo que está a su alcance para suprimir la publicación del informe uigur por parte de la oficina de la Alta Comisionada de la ONU", dijo Dolkun Isa, presidente del Congreso Mundial Uigur (WUC), a RFA.

Los hallazgos del informe de Obokata de que el trabajo forzado, e incluso la esclavitud, existen en Xinjiang demuestra "los crímenes que China está cometiendo contra los uigures", afirmó Isa.

Campaign for Uyghurs (CFU), con sede en Washington, DC, dijo que el informe era una "evaluación extremadamente importante y completa".

"Durante años le hemos estado diciendo al mundo que China utiliza la esclavitud uigur como una herramienta esencial para estimular la economía de China y convertir el genocidio uigur en curso en una empresa rentable", dijo Rushan Abbas, director ejecutivo de CFU, en un comunicado.

"Es un alivio ver que las Naciones Unidas finalmente reconoce hasta qué punto se están cometiendo estas atrocidades", comentó. "Ahora se necesitan acciones tangibles para responsabilizar al Partido Comunista Chino por estos crímenes en base a estos hallazgos recientes".

Adrian Zenz, investigador de la Fundación de las Víctimas del Comunismo con sede en Washington, DC, y experto en la región de Xinjiang, calificó el informe como "una declaración fuerte" en la que el relator expresó que hay "pruebas razonables para concluir que el trabajo forzoso se lleva a cabo en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang y que existe un programa similar en el Tíbet".

"Y luego dice que en algunos casos la situación puede equivaler a la esclavitud como un crimen contra la humanidad", dijo a RFA. "Esa es la forma más fuerte. Esta es una especie de evaluación formal a un nivel muy alto".

Zenz señaló que el informe de Obokata llega casi cuatro días después de que China ratificara dos convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre trabajo forzoso, uno de los cuales está diseñado para contrarrestar el trabajo forzoso patrocinado por el Estado, prohibiendo su uso con fines políticos y de desarrollo económico.

La otra convención prohíbe el uso de trabajo forzoso en todas sus formas y requiere que los Estados miembros castiguen las prácticas de trabajo forzoso como un delito penal.

(Traducido por RFA Uyghur. Escrito en inglés por Roseanne Gerin).

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