El exdirector del Fondo Monetario Internacional Héctor R. Torres publica este martes un artículo en la sección Punto de Vista del portal digital Swissinfo.ch en el que nos recuerda que hace unos años hubiera sido difícil imaginar a Cuba llamando a las puertas del FMI y del Banco Mundial.
"Ahora que Estados Unidos ha restablecido las relaciones diplomáticas con la isla tras más de medio siglo de enemistad, parece ser sólo cuestión de tiempo que Cuba ingrese en ambas instituciones, en beneficio de todos los involucrados".
Según explica Torres, ser miembro del FMI es una condición previa para ingresar en el Banco Mundial, y son fáciles de ver las ventajas que Cuba ganaría con ello. Agrega que la isla "se siente orgullosa de sus logros sociales, y con razón. Pero asegurar que sigan siendo sostenibles requerirá que la economía cubana siga creciendo. Y para ello, tendrá que proseguir y profundizar las reformas económicas que ha iniciado".
Pero para todo ello necesita conseguir capital, asegura. "Y, aunque Cuba podría (y posiblemente debería) solicitar apoyo financiero de fuentes distintas del Banco Mundial, hay problemas con muchas de las alternativas multilaterales. El respaldo financiero de la Corporación Andina de Fomento podría ser limitado. Aún no se han establecido los procedimientos para ingresar en el Nuevo Banco de Desarrollo de los países BRICS. Y unirse al Banco Interamericano de Desarrollo podría ser políticamente sensible, dada su vinculación con la Organización de Estados Americanos".
Por supuesto que Cuba podría solicitar préstamos a los acreedores bilaterales, sostiene el exdirector del FMI. "Pero estos préstamos de Estado a Estado suelen incluir condiciones menos transparentes que los que otorgan las entidades financieras internacionales. Y ninguna de estas posibles fuentes de financiación igualaría el apoyo técnico del Banco Mundial".