En el Centro de Convenciones Atlapa, de Ciudad Panamá, el secretario general de la OEA, Jose Miguel Insulza, dijo en un breve encuentro con la prensa que había confiado en que se llegaría a la Cumbre de Panamá ya con las embajadas de Estados Unidos en La Habana y de Cuba en Washington ya abiertas, "pero no sucedió así", dijo e insistió en que se ha avanzado bastante.
Insulza afirmó que la reapertura de las sedes diplomáticas entre esas dos naciones "no es cosa de un día, fueron muchos años y hay muchas cosas que no se pueden hacer de la noche a la mañana".
Preguntado acerca de las declaraciones de un funcionario de la Casa Blanca, para que Estados Unidos no considere a Venezuela una amenaza para Estados Unidos, dijo estar muy satisfecho, pues nunca estimó que fuera Caracas una amenaza por lo que tales declaraciones "contribuyen al entendimiento".
Por otra parte, Luis Almagro, quien asumirá dentro de dos meses como Secretario General de la Organización de Estados Americanos, tiene entre manos una meta en la que invertirá toda su energía: Traer de vuelta a Cuba al organismo interamericano después de estar fuera por cinco décadas.
"Vamos a hacer el gasto para que eso pueda ser posible", expresó Almagro en una entrevista con The Associated Press en un hotel próximo al centro de convenciones donde se desarrollará la Cumbre de las Américas el viernes y sábado.
El exdiplomático y senador uruguayo dijo que se ha concentrado en proponer al Gobierno de La Habana una agenda bilateral OEA-Cuba para empezar a abordar diferentes temas. "En algunos tendremos soluciones más rápidas y eficientes y en otros tendremos que conversar mucho más", sostuvo.
Almagro asumirá oficialmente el cargo el 26 de mayo y reemplazará al chileno José Miguel Insulza, en cuyo periodo –específicamente en 2009– la OEA anuló la suspensión que pesaba sobre Cuba. El Gobierno cubano, sin embargo, no ha gestionado su incorporación a la organización.
En este artículo se utilizó material de agencias.