Las autoridades de Islas Caimán se reunieron con autoridades cubanas el pasado jueves 18 de septiembre para trabajar en un memorando de entendimiento que modifique la política migratoria entre ambos países y acorte los plazos de deportación de los que llegan hasta sus costas.
El acuerdo, que se espera esté formalizado en poco tiempo, tratará de disuadir a los balseros cubanos de que intenten llegar hasta Gran Caimán, a la vez que recortará los importantes gastos que supone para este país el rescate, la manutención y la posterior devolución de estos inmigrantes, 1 millón de dólares anuales.
Durante tres días, delegaciones de ambos países se reunieron en el Hotel Nacional de La Habana en unas jornadas que el vice gobernador de Caimán Franz Manderson calificó de “muy productivas”.
"Estamos seguros de que el nuevo memorando facilitará el retorno de los inmigrantes ilegales cubanos desde las Islas Caimán, en gran parte debido a una reducción significativa en el tiempo de procesamiento", dijo el vice gobernador .
"Esto debería desalentar la migración ilegal desde Cuba y, en consecuencia, reducir los costos para el Gobierno en materia de detención y el mantenimiento de los migrantes", explicó el funcionario, quien viajó a La Habana acompañado del Fiscal General, Samuel Bulgin.
La parte cubana estuvo presidida por el embajador Rafael Dausá Céspedes, director de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El borrador de este memorando de entendimiento, sobre el que se crearán los nuevos acuerdos migratorios, seguirá discutiéndose por vías diplomáticas antes de formalizarse, según fuentes oficiales.
En los últimos meses, el número de balseros llegados a las costas de Gran Caimán ha aumentado considerablemente, por lo que las autoridades se han visto desbordadas
En los últimos meses, el número de balseros llegados a las costas de Gran Caimán, ubicada al sur de Cuba, ha aumentado considerablemente, por lo que las autoridades se han visto desbordadas en su capacidad para atender a los inmigrantes. Muchos de ellos han de permanecer durante varios días en el centro de detención de Fairbanks antes de ser devueltos a Cuba. La mayoría utiliza este lugar como vía para llegar hasta otros países de Centroamérica y desde allí tratar de alcanzar Estados Unidos.
Esta ronda de conversaciones tuvo su origen en 2013, cuando las dos naciones reconocieron que el anterior acuerdo migratorio, de 1999, había quedado obsoleto, especialmente por la fecha límite que se estipuló "poco realista" de siete días para notificar a La Habana la llegada de refugiados y la identificación de los individuos.