Teresa Sulien Castillo Sotto, médico cubana de 27 años de edad, nacida en Bayamo, falleció debido a múltiples fracturas y traumatismo cráneo encefálico, la noche del pasado martes 13 de junio, a las 10:20 PM, después de saltar del 8vo piso del edificio C-05 de Ciudad Tiuna, en Fuerte Tiuna.
“Es un tema delicado que ordenaron tratar con mucho tacto y mayor cautela – comenta un miembro del COOR (Departamento de coordinacion nacional) que junto a la Dirección Nacional de la Misión Médica Cubana en Venezuela (MMCVEN), radica en el hote Crillón -, estamos hablando de la muerte de una doctora coperante dentro de una comunidad militar a la que solo entran aquellos cubanos que, o están vinculados con algún militar, personas con sobrada confianza, casos que precisan control, y algunos colaboradores que son parientes de dirigentes cubanos”.
El Fuerte Tiuna es una enorme instalación militar, la más importante de Caracas, y también de Venezuela que, entre otras cosas, alberga la sede del Ministerio del Poder Popular, la Comandancia General del Ejército, la residencia oficial del vicepresidente, espacios deportivos, culturales, financieros, y este complejo urbanístico donde, en el apartamento 10-F, residía la joven doctora cubana.
A la escena de la tragedia llegaron varios funcionarios de la División de Homicidios, del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC). La versión que echaron a rodar asegura que Teresa tomó la trágica decisión de suicidarse porque descubrió en el teléfono celular de su esposo, también médico cubano, mensajes de texto comprometedores que mantenía con otra mujer. No obstante, en su perfil personal de Facebook, la fallecida joven aparece como soltera.
Esa noche, efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y funcionarios cubanos que no han sido identificados, metieron el cuerpo de Teresa en una camioneta, lo llevaron a la morgue y no le permitieron a los miembros del CICPC preservar la escena de la tragedia ni realizar pruebas pericial.
Al otro día, miércoles, llegaron a la morgue tres cuidadanos cubanos, en autos con placa oficial, con el propósito de acelerar el papeleo para recoger el cadáver de la doctora cubana. Que fueron entregados ese mismo día, a las 4 de la tarde, luego de establecer contacto con altos funcionarios del gobierno bolivariano y representantes de la embajada de Cuba.
“Normalmente actuan así –continúa explicando mi interlocutor -, cierran la caja en la morgue y la mandan para Maiquetia (Aeropuerto Internacional de Maiquetia). Allí, cumplido los trámites, con el primer vuelo que salga hacia Cuba y acompañado de dos oficiales, despachan el ataúd que después le entregan a sus familiares. En situaciones extremas o extrañas, el finado es sencillamente enterrado y ni siquiera permiten realizar un funeral”.
“Lo que no quieren revelar – respira profundo y agrega, en tono concluyente a su impactante confesión - es que Teresa mantenía estrecha relación de amistad con un militar, oficial de la Guardia Nacional que fue capturado por el SEBIN por estar involucrado con la derecha y las marchas opositoras al chavismo. A la muchacha la usaron como informante, y no podía negarse, porque eso significa cancelar la misión, expulsión, amenaza y un montón de cosas más. Se sintió acorralada sin alternativa. No tuvo de otra que traicionar a su amigo y en acto de honor, con cierta dosis de ética se suicidó, o fue empujada al suicidio”.
El cadáver ya está en Cuba, salió el jueves 15 en un avión A320 de Cubana de Aviación en la ruta CAR-HAV.