Una de las pocas noticias que generó el recién clausurado VII Congreso del Partido Comunista de Cuba fue la propuesta de Raúl Castro de fijar límites de edad para los cargos de dirección del partido (70 años) y para pertenecer al Comité Central (60).
Como Raúl Castro ha prometido retirarse del Gobierno en 2018, y está cumpliendo su segundo término como Primer Secretario del PCC, le resulta muy conveniente ocuparse ahora de las quejas acerca de la gerontocracia que gobierna a Cuba y dirige el partido.
Pero más juventud no es sinónimo de más capacidad, y si el botón de muestra del relevo partidista es la nueva miembro electo del Comité Central que aparece en el número 85 de la lista publicada por Cubadebate, pronto podría cumplirse aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor".
A través del académico cubano Haroldo Dilla, amigo en Facebook, me enteré de que la "compañera" Sucelys Morfa González, segunda Secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), es uno de los 142 nuevos miembros electos al Comité Central del PCC.
Durante las sesiones del congreso fue la delegada que intervino para proponer la candidatura de Raúl Castro como Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Si usted sigue las noticias de Cuba puede que su nombre no le diga nada. Pero seguro que se le enciende el bombillo si le recuerdan a "la sicóloga" de la delegación de Cuba a la VII Cumbre de las Américas en Panamá, en abril de 2015.
Y es que, por más difícil que pareciera poder destacarse en aquella brigada de respuesta rápida que La Habana llevó como muestra de su "sociedad civil" a su primera oportunidad en las cumbres de todos los países del hemisferio, la compañera Sucelys se robó el show.
No por llevar una propuesta interesante, ni por defender de manera más o menos inteligente y civilizada las "diferencias" del Gobierno de Cuba con la comunidad continental en materia de democracia, Derechos Humanos, mercado libre, etc. No. El caso de la "compañera Sucelys" fue más bien un caso de licantropía. Se transformó en la mujer loba en cuanto vio su oportunidad de demostrar ante las cámaras y micrófonos que comiendo candela no hay quien le ponga un pie delante.
Resulta que entre los reporteros que buscaban la noticia en medio del aquelarre (uno de los actos de repudio exportados a Panamá) estaba Mario Vallejo, del Canal 23 de Miami.
A una pregunta de Vallejo, con los ojos desorbitados y ensartando torpemente lugares comunes de la propaganda castrista, Morfa dijo que ellos no hablaban con los representantes de la sociedad civil independiente porque "son lacayos, son mercenarios, son autofinanciados, son malpagados por el imperialismo".
Cuando Vallejo le preguntó quién le financió a ella y a los demás el viaje a la Cumbre, Morfa quedó un poco fuera de base y dio como tres respuestas diferentes: "¡Nadie! C…, mira…", gritó. "El pueblo de Cuba… me pagué mi pasaje, soy licenciada en Sicología".
"Pero, ¿con 20 dólares al mes?", insistió el reportero citando el salario medio mensual en Cuba.
"¿Quién te dijo que gano 20 dólares?… Actualiza tu modelo económico, somos ricos, ahorramos para venir aquí para que se oigan las voces", repuso "la sicóloga" a grito pelado y con ojos que asustarían al más desquiciado de sus pacientes. Y luego se excusó "porque estamos defendiendo una causa justa".
Pero lo cierto es que Morfa al parecer nunca consultó a nadie, sino que hizo carrera política en la UJC, primero en Cienfuegos, desde el nivel de municipio hasta el provincial, hasta llegar al cargo que ocupaba en el Comité Nacional en 2013.
Mientras en la televisión de Miami y en las redes sociales "la sicóloga" era objeto de parodias y memes, en La Habana era recibida como una heroína por el miembro del Buró Político Salvador Valdés Mesa, el mismo que sirvió de anfitrión al presidente Obama en el Monumento a José Martí.
"Regresamos cargados de coraje y firmeza", expresó Morfa en el aeropuerto retomando su rompecabezas oratorio, y aseguró, para dar lustre a sus "hazañas" que la delegación oficialista se había desenvuelto en Panamá en "un escenario hostil, hegemónico".
En un ensayo titulado "El socialismo y el hombre en Cuba", el Che Guevara, autor de la teoría sobre el Hombre Nuevo, decía que "la juventud es la arcilla fundamental de nuestra obra". No en balde a veces da la impresión de que "la obra" del partido ha sido pegada con... saliva.