El periodista Jorge Ramos comentó en un artículo de opinión en el diario The New York Times que la canción Patria y vida “ha puesto a la defensiva a la dictadura cubana y la ha obligado a reaccionar públicamente”.
“La estrategia oficial favorita ante un asunto incómodo era aparentar que no existía. O reprimir y censurar”, dijo Ramos, pero esta vez “la tiranía tuvo que bailar al ritmo que le pusieron”.
Un tema clave que Ramos destaca de este fenómeno que ha logrado mas de 2.6 millones de visitas en YouTube es que los cubanos tienen cada día menos miedo, y que “perder el miedo (o controlarlo) es siempre el primer paso antes de un cambio importante”.
“Creo que este es el principio del fin de la dictadura”, le dijo a Ramos uno de los creadores de Patria y vida, Alexander Delgado. “Son tiempos diferentes”, recalcó su compañero Randy Malcom.
Una parte fundamental “de lo que se podría llamar una rebelión cultural en Cuba”, es la internet, estructura que le ha quitado al régimen comunista la capacidad de dominar la narrativa que recibe el pueblo.
La canción, recuerda Ramos, habla de la represión “a punta de pistola y de palabras”, de la dignidad “pisoteada”, de la búsqueda diaria por dólares, de las madres que “lloran por sus hijos que se fueron”, del naciente movimiento San Isidro y del cansancio de esperar “un nuevo amanecer”.
Pero Ramos advierte lo siguiente:
“El uso de la música y de las redes sociales contra un régimen autoritario como el cubano es el inicio de una transformación social y cultural pero no garantiza nunca un final democrático”.
En ese sentido, dice que “esta rebelión cubana puede aprender de otros movimientos que despegaron gracias a internet, como la Primavera Árabe, la serie de protestas contra regímenes déspotas en varios países de la región a partir de 2011”.
No obstante, “la Primavera Árabe demostró lo difícil que es pasar de una rebelión digital online a una offline que lograra cambios tangibles a un sistema más libre. Ese será el reto de este momento artístico y social cubano”, concluye Jorge Ramos, periodista y colaborador regular de opinión de The New York Times, y conductor de los programas Noticiero Univisión y Al punto.