Legisladores cubanoamericanos se mostraron insatisfechos con las restricciones aprobadas este miércoles por el gobierno del presidente Donald Trump con relación a Cuba, y culparon a burócratas del Departamento de Estado por impedir su total efectividad.
“Lamentablemente los burócratas del Departamento de Estado que se oponen a la política del Presidente, rechazaron implementarla en su totalidad cuando omitieron de la lista restringida de Cuba varias entidades y las entidades que son controladas por o actúan en nombre de los servicios militares, de inteligencia o de seguridad cubanos”, afirmó el senador Marco Rubio.
Entre esas entidades el senador republicano por la Florida, citó al Grupo Hotelero Gran Cariba y la empresa Cubanacán.
“Confío en que este intento de socavar la política del Presidente, será revisado”, subrayó Rubio en una declaración emitida por su oficina de prensa.
Los departamentos de Estado, Tesoro y Comercio publicaron este miércoles las nuevas normas, que entrarán en vigor este 9 de noviembre tras su publicación en el Registro Federal, para dar cumplimiento al memorando en el que Trump fijó en junio pasado su política hacia Cuba.
Para la congresista republicana, Ileana Ros-Lehtinen, Presidenta Emerita del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara “el anuncio de las nuevas regulaciones hacia Cuba es un paso hacia adelante, pero aún deja mucho que desear, ya que muchas de las regulaciones peligrosas y desastrosas, planteadas durante la administración de Obama, lamentablemente permanecen intactas”.
Ros-Lehtinen expresó su apoyo a las nuevas reglamentaciones sobre la prohibición de hacer negocios con los servicios militares y de inteligencia del régimen de Castro, incluidas sus empresas de fachada del sector privado, pero destacó que “los recortes en las regulaciones y la aceptación de esta narrativa falsa de un sector privado cubano son decepcionantes”.
“Es preocupante que las nuevas regulaciones de Cuba permitan a las empresas con acuerdos contractuales existentes avanzar a expensas del pueblo cubano y esto solo ayudará al régimen tiránico”, afirmó. “Permítanme aclarar: no existe un sector privado verdaderamente independiente bajo un régimen dictatorial comunista porque el régimen controla todos los aspectos de la sociedad. También tenemos que resolver el asunto de las confiscaciones de propiedades estadounidenses que afecten nuestros intereses nacionales en EE. UU. ", añadió Ros-Lehtinen en una nota de prensa.
El representante republicano por Florida, Mario Díaz-Balart señaló que espera que se implemente por completo el endurecimiento de las sanciones y la prohibición de las transacciones financieras de empresas estadounidenses con los militares cubanos cubano anunciadas por Trump en junio pasado.
"Está claro que las personas dentro de la burocracia que apoyan la política cubana de la administración anterior siguen socavando al presidente Trump", aseguró Díaz-Balart, quien se mostró "decepcionado" porque, según dijo, las regulaciones no implementan "completamente" lo que el presidente Trump ordenó.
En el mismo sentido se pronunció el senador demócrata por New Jersey Bob Menéndez para quien “los cambios son "un paso adelante para evitar que el régimen, y su vasta red de control sobre la economía, se enriquezca aún más a costa del pueblo cubano al que continúa reprimiendo y explotando".
Sin embargo, cuestionó su "efectividad" al considerar que se va a "permitir que ciertas empresas con conexiones existentes con el régimen cubano sean apadrinadas y exentas".
"En Cuba, todos los negocios privados permanecen bajo el control completo del régimen cubano, particularmente los militares, con sus beneficios fluyendo directamente al liderazgo político y militar de los Castro".