Legisladores estadounidenses de regreso de un viaje a Cuba llamaron este miércoles a líderes empresariales, religiosos y culturales a presionar al Congreso para eliminar el embargo contra la isla vigente desde 1962.
"Necesitamos presión de grupos que entiendan que esto es importante para ellos, puede ser por intereses económicos, puede ser la Iglesia Católica, cualquier grupo", dijo el congresista republicano Tom Emmer en un encuentro con periodistas en Miami.
Emmer estuvo acompañado de la demócrata Kathy Castor, junto con la cual impulsa un proyecto de ley en el Congreso para levantar el embargo.
Los dos formaron parte de una delegación de siete legisladores de ambos partidos que visitó Cuba el fin de semana pasado para observar los avances desde que comenzó el deshielo Washington-Habana en diciembre de 2014.
"Necesitamos voces de afuera que estén sobre el terreno para dar un impulso", dijo Emmer, quien se mostró confiado en que el embargo puede ser levantado este año por el Congreso, aunque reconoció que es una tarea difícil.
Los legisladores dijeron que el proyecto de ley cuenta con "vasto apoyo" de los demócratas en la Cámara de Representantes, pero sólo de 11 miembros del Partido Republicano, que controla el Congreso y no ha mostrado interés en levantar el embargo.
Los republicanos "van a escuchar de líderes económicos, religiosos y de instituciones culturales, porque hay un impulso y hay esperanza", señaló Castor.
Los legisladores dijeron que volvieron motivados de Cuba, donde observaron un "dinámico" sector de emprendedores y inclusive describieron como "joviales" sus reuniones con funcionarios cubanos.
Dentro de sus esfuerzos por ganar apoyo al levantamiento del embargo, los congresistas se reunieron en Miami este miércoles con medio centenar de empresarios. El encuentro estuvo auspiciado por el Consejo de las Américas (COA), una organización que promueve el acercamiento EEUU-Cuba.
Desde que se inició el acercamiento Washington-Habana, el Gobierno de Barack Obama ha flexibilizado sanciones contra Cuba mediante decretos presidenciales. Pero casi todo comercio y el turismo siguen prohibidos por el embargo, que sólo el Congreso puede levantar.