En entrevista con el diario colombiano El Tiempo el ex congresista federal estadounidense, Lincoln Díaz-Balart, dijo que el nuevo Gobierno electo “nos devuelve la esperanza de que los regalos unilaterales del presidente Obama a los enemigos de los Estados Unidos, como los Castro, cesarán después del 20 de enero".
Lincoln observó que “Obama ha expedido una serie de decretos presidenciales, en relación con Cuba, que han sido mandatos arbitrarios y muchas veces sin justificación jurídica, decretos para intentar legitimar y consolidar la dictadura militar de los hermanos Castro”.
Ante la pregunta de El Tiempo de por qué Obama no alcanzó a normalizar las relaciones económicas con Cuba, el ex legislador y figura prominente en la lucha del exilio contra el castrismo, contestó que ello ocurre porque “la ley no se lo permitió. Por cierto, en 1996 fui el autor de la imposición de tres condiciones para normalizar las relaciones económicas con Cuba: la liberación de todos los presos políticos, sin excepciones; la legalización de todos los partidos políticos, de los sindicatos obreros y de la prensa independiente, y la convocatoria de un proceso electoral pluripartidista. Eso está en la ley de Estados Unidos. Luego, ningún presidente podrá normalizar las relaciones económicas con Cuba si no se cumplen esos tres pasos. El presidente Obama lo intentó, emitiendo una serie de decretos ilegales que hasta trataron de autorizar e incentivar inversiones de Estados Unidos en la Cuba castrista. Aspiro a que se deroguen”.
Díaz-Balart apuntó que ante los beneficios otorgados por Obama en Cuba ha aumentado la represión “porque la esencia del régimen de los Castro es el terrorismo y la brutalidad contra el pueblo de Cuba. Y durante las décadas que llevan en el poder han intentado exportar el terrorismo. Ustedes en Colombia son víctimas de eso. La violencia contra el pueblo de Cuba se ha incrementado al ellos sentir que tienen luz verde de Estados Unidos y de la comunidad internacional para agredir con mayor intensidad y violencia al pueblo de Cuba. Y eso ha sucedido desde diciembre del 2014, cuando el presidente Obama normalizó las relaciones diplomáticas. El Congreso no lo pudo evitar porque él tenía la facultad legal de hacerlo. Pero no la tiene para reactivar las relaciones económicas”.
El ex legislador agregó que la “mayor razón por la que el horror de la tiranía militar de los hermanos Castro ha durado tanto tiempo es la falta de solidaridad internacional con el derecho de los cubanos a ser libres. Es como si ellos no fueran parte de Latinoamérica. Va a cumplir 58 años una dictadura militar totalitaria que desde el principio ha fusilado a sus opositores y que ha hecho todo lo posible por exportar el terrorismo. Una dictadura militar que ahora propone ser hereditaria: primero era Fidel Castro, ahora su hermano, luego vienen los hijos de Raúl Castro y los nietos, como si fuera una finca que se puede heredar. Queremos ver solidaridad con el derecho de los cubanos a ser libres. Tenemos la ilusión de que bajo el gobierno Trump se acaben los regalos unilaterales a los Castro”.
Ante la pregunta de El tiempo de si es cierto que el ex congresista será una de las personas más influyentes en la política del gobierno Trump hacia América Latina, este respondió:
“No quiero exagerar. Solo soy buen amigo del vicepresidente electo, Mike Pence”, de quien fue colega en el Congreso, “pero además yo presido el Congressional Hispanic Leadership Institute, y en el 2010 le entregamos el premio anual al servicio público al entonces congresista Mike Pence porque ya sabíamos la gran persona, el gran ser humano, el gran líder que es. Él y su esposa, Karen, son excepcionales. Hizo una gran labor como presidente del comité republicano en la Cámara de Representantes. Por cierto, aportó ideas muy útiles para manejar el proceso de la reforma migratoria… Pence es un hombre de ideas concretas para lograr soluciones específicas a problemas serios. Sí, somos buenos amigos y estamos felices de que ahora tenga esa posición tan importante y de que tenga la confianza del nuevo presidente, Trump”.
Díaz-Balart concluyó que “Venezuela es una colonia de los hermanos Castro, y la forma como se resuelve lo de Venezuela es acabando con la fuente del problema, que es la dictadura militar de los Castro.