Las largas colas en las farmacias de toda Cuba no parecen tener fin. Desde el establecimiento del sistema de almacenamiento en las droguerías provinciales, la distribución semanal para la venta al día siguiente y la proliferación de revendedores de medicamentos de todo tipo, se ha tejido una madeja bastante difícil de deshacer.
Hasta ahora no han bastado ni las acciones policiales ni la regulación de las medicinas más simples como una Aspirina o un compuesto para la gripe.
Yuslaidis Romero, residente en Pinar del Río, conversó para el programa Contacto Cuba de Radio Martí. "Muy pocas veces hay antibióticos, ahora estuvo en falta la Penicilina. Tuve mi niño enfermo y 'por fuera' tú lo encuentras a un precio un poquito más alto, y tienes que comprarlo", señaló.
Otra de las alternativas han sido las dependencias que expenden sus productos en moneda fuerte, en CUC, aunque a precios prohibitivos. La historia que narra Yuslaidis parece sacada de un thriller contemporáneo.
En la farmacia que vende medicamentos en divisa, ubicado dentro del Hotel Pinar del Río había el medicamento que necesitaba una señora para su hija, ingresada en el pediátrico de la localidad, pero al precio de 25 CUC. Comenta Yuslaidis que la mujer coordinó con otro de sus hijos para hacerse con la medicina.
"Fue con el hijo, y le dijo 'cuando yo pida el pomo de medicina tú te mandas a correr y le empiezas a dar el medicamento a la niña'. Discutió con la tendera pero le dijo: 'búscame al gerente pero lo que tengo son 25 pesos cubanos'".
Yuslaidis Romero asegura que, al parecer, el suceso no llegó a las autoridades ni han molestado a la señora.
Pregonando el contrabando
La proliferación de revendedores de medicamentos y productos farmacéuticos de venta por receta médica o racionada ha llevado a que la gente vea este ejercicio como una actividad comercial más.
Yenisel Jiménez Reina, residente en Palma Soriano, provincia Santiago de Cuba, asegura que los revendedores no tienen recato en pregonar sus productos a la luz del día: "Ellos andan por la calle y, a veces, tú estás sentado en el frente de tu casa y te preguntan: '¿quieres Vitamina C?, ¿quieres Dipirona?'. Las íntimas (almohadillas sanitarias) las pregonan por la calle normalmente, es una falta de respeto".
El periodista independiente Roberto Jesús Quiñones Haces, residente en Guantánamo, detalló en un acucioso reportaje para el portal Cubanet, los pasadizos no tan secretos entre la demanda de recetas médicas por parte de personas de la tercera edad y los médicos generales integrales.
"La demanda de Diazepan, Nitrazepan, Fenobarbital y Carbamacepina, es alta entre los jóvenes que los mezclan con alcohol para preparar una droga de efectos inhibitorios", explica el reportero.
Entrevistado en el programa Cuba al Día por el colega Tomás Cardoso, afirmó haber consultado a dos especialistas que aseguran que el problema "está alcanzando niveles alarmantes" pues los MGI (médicos generales integrales) recetan medicamentos que sólo pueden ser indicados por especialistas en Psiquiatría.
El rey del mercado negro: la "viagra cubana"
El Sildenafil, una versión cubana del Viagra que se fabrica en Cuba desde 2008, está en la lista de los más buscados aunque su venta es más controlada.
"La expedición de una receta de Sildenafil está sumamente controlada y los psiquiatras que pueden indicarla son contados en la provincia, al extremo de que se verifican las recetas, el médico que la autorizó y luego se comprueba si las recetas autorizadas coinciden con las ventas del medicamento", concluyó.
El fármaco se vende en las farmacias al precio de unos 50 pesos cubanos una tira de veinte píldoras, son revendidas a razón de 25 pesos cada una, lo que genera una ganancia "de unos 18 dólares", explica Quiñones.
Un artículo del oficialista Cubadebate aseguraba que "el Sildenafil y otros fármacos de su tipo, como el Tadalafil, de acción más prolongada, por lo que es apodado la 'droga del fin de semana', son introducidos ilegalmente en la isla y vendidos en el mercado negro a uno o dos dólares la dosis".
Lázaro Ricardo Pérez, que vive en Isla de Pinos, concuerda con Quiñones en que casi en el otro extremo de la isla el Silnedafil se ubica como uno de los medicamentos más buscados: "Conozco personas que ese medicamento llega hoy, lo adquiere y lo está vendiendo, automáticamente", afirmó Pérez.