Las autoridades cubanas no han podido sofocar los gritos de “Libertad” a pesar de las feroces condenas a los participantes del levantamiento popular del 11 de julio, indica en su informe mensual el Observatorio Cubano de Conflictos, que registró en mayo 185 protestas en la isla.
“A 9 meses del 11 de julio y pese a toda la represión, el éxodo, el jugar con la suerte de los que están condenados cambiando sentencia para crear expectativa, las presiones sobre [Joe] Biden para que les levante alguna de las sanciones y crear también expectativas, no se apagan los gritos de libertad”, resaltó su director ejecutivo Juan Antonio Blanco.
Las manifestaciones motivadas por derechos económicos y sociales predominaron en el mes de mayo sobre las que tuvieron un origen político o civil.
El Observatorio destaca en su compilación los gritos de “Libertad” coreados por miles de personas el 29 de mayo en la Ciudad Deportiva de la capital cubana, durante la presentación del cantautor Carlos Varela en la jornada de cierre del Havana World Music Festival.
“Este mes comenzó con el desfile del 1º de mayo como una especie de demostración de proyección, de estabilidad y de gobernabilidad en el país y terminó con los gritos de la multitud concentrada en el coliseo deportivo más grande de todo el país, con la gente coreando libertad, libertad, libertad”, anotó Blanco.
“Y el problema no es que unos cuantos policías en la Ciudad Deportiva no supieran lo que iban a hacer. Es que el régimen no sabe lo que va a hacer. Debería saberlo, pero no lo sabe, y no acaba de entrarle con la manga al codo a las reformas que tiene que hacer del sistema para que aquello funcione”, recalcó.
Nuevas modalidades de protesta están empleando los cubanos como la llamada “Protesta de las bocas” en que se filman y diseminan videos con primeros planos de bocas haciendo críticas al gobierno, dice el reporte y más adelante añade:
Otras suponen mayor audacia y riesgo, como el apedrear vidrieras de corporaciones dolarizadas y hackear sitios oficiales para divulgar mensajes antigubernamentales en ellos.
El informe dice que numerosas demostraciones de inconformidad brotaron debido a "la falta de transparencia" del gobierno sobre las causales de la explosión en el Hotel Saratoga. "La apresurada y terminante valoración oficial emitida por políticos, no por peritos", de que se trató de un accidente, "no fue bien recibida", asegura la entidad con sede en Miami.
De acuerdo al Observatorio Cubano de Conflictos, transcendieron "informes de inexplicables movimientos policiales" en la capital horas antes del siniestro, así como "precipitadas reuniones" en las que se urgió a las administraciones de otros hoteles a permanecer alertas.
Entretanto, la tensión social aumenta proporcionalmente a la represión, y "la degradación" de la existencia diaria podría desembocar en una explosión social semejante a la del 11 de julio, apunta el OCC.
“La gente está metido en una olla de presión que puede explotar en cualquier momento de nuevo. Falta electricidad, falta de comida, falta de gasolina, falta de transporte, falta de medicamentos, inflación galopante que no hay quien pueda ya pagar los precios de las cuestiones más elementales. ¿Qué importa si hay un éxodo de un millón de 2 millones de personas? ¿Creen de verdad que los que van a estar ahí se van a estar tranquilos? La situación sigue siendo muy precaria. La gobernabilidad es cada vez más precaria. Pero lo importante, que no son las protestas...es la gobernabilidad del sistema...y están muy lejos de arreglarla y todavía la están empeorando más”, detalló el directivo del OCC.
Igualmente, la inalterabilidad del bloqueo interno a las fuerzas productivas, el obsoleto régimen de gobernanza y el continuo despliegue de brutalidad e intolerancia aumentan el descrédito y el deterioro de la legitimidad del gobierno, detalla el informe.
Todo lo cual se pone también de relieve en las burlas a la esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel, las denuncias por la muerte de un joven que no recibió atención médica adecuada en Guantánamo y las críticas al nuevo código penal en un medio de prensa de orientación neomarxista como La Joven Cuba.
El Observatorio señala que, “al extenderse las formas más brutales y directas de represión política de los grupos de activistas al ciudadano común, las protestas se han convertido ya en parte ‘normal’ de la actual sociedad cubana, aflorando tanto en barrios marginales como en sectores de profesionales, intelectuales y artistas.