“En Cuba no se producen detenciones arbitrarias”, declaró esta semana ante el Parlamento Europeo la funcionaria del gobierno cubano Heidy Villuendas.
Casos como los del líder de la Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer; la Dama de Blanco Xiomara Cruz Miranda, y el periodista y abogado independiente Roberto de Jesús Quiñones Haces, bastarían para desmentirla.
Pero están en cárceles de Cuba sin haber cometido delitos, o en un hospital de Miami después de haber contraido tuberculosis en prisiones de la isla.
Desde La Habana, la profesora universitaria y defensora de los derechos humanos Omara Ruiz Urquiola tiene algo que decir:
“Me detuvieron en la puerta del Instituto Nacional de Oncología: yo soy paciente de cáncer, y me detuvieron con mi medicamento en la mano”, relata Ruiz Urquiola en entrevista con Radio Televisión Martí al evocar su primer arresto.
“Me montaron en una patrulla, no me permitieron comunicarme con mis familiares y me tuvieron desde las 11 de la mañana hasta las 5 y pico de la tarde sentada en el lobby de la estación [de Policía] de Cojímar sin beber agua, sin comer, sin poder avisarle a mi familia; enferma con mi medicamento en la mano”, dijo.
Graduada del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), la funcionaria del régimen dirigió la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE). Es hija de Enrique Villuendas, funcionario del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Villuendas parece haber sido escogida para la tarea por su buena memoria. Obviamente, lo aprendió todo línea por línea y lo repitió con fluidez, excepto ciertos momentos en los que una falta de concordancia gramatical delataba que la “espontaneidad” venía atropellando la recitación.
O cuando, al referirse a los derechos de la mujer en Cuba, dijo que la visión ofrecida por los defensores de la igualdad de género y de los derechos humanos era muy “sesnada” en lugar de sesgada.
“El Parlamento Europeo debería tener una visión más amplia, escuchar otras voces, tener en cuenta otras opiniones de la sociedad civil cubana real, esa que vive en Cuba y trabaja todos los días por construir una sociedad mejor”, declaró la funcionaria. “No es muy plural eso de invitar siempre a las mismas personas y organizaciones a este tipo de espacios”.
Cinco representantes de la sociedad civil independiente invitados a la cita del Parlamento Europeo no pudieron ir porque el gobierno cubano les impidió viajar a Bruselas, recuerda Omara Ruiz Urquiola.
En casos previos, “el Parlamento Europeo ha dejado de invitar a otras personas y organizaciones de la sociedad civil cubana ante la negativa de la salida, de la posibilidad de que se presenten; eso ha ocurrido en reiteradas ocasiones”, dijo la profesora. “Si alguna visión ha sido reiterada en el Parlamento Europeo ha sido la visión del oficialismo cubano”.
Sin dar su nombre, Villuendas mencionó en un momento de su discurso a “un Premio Sajarov” entre los denunciantes. “Aunque tienen en algún caso un Premio Sajarov…”, dijo, obvio desliz de reconocimiento tácito a la relevancia de ese premio, cuyo nombre completo es “Premio Sajarov Para la Libertad de Conciencia”.
Se refería a Guillermo Fariñas, coordinador general de Foro Anti Totalitario Unido (FANTU). Desde Santa Clara, a solicitud de Radio Televisión Martí, Fariñas tuvo la gentileza de responderle.
“Creo que la compatriota Villuendas debería por un momento vestirse de Dama de Blanco, o de periodista independiente --y no decir quién es ella--, para que se percate del tratamiento que recibimos los que dentro de Cuba y de manera no violenta denunciamos las violaciones constantes y sistemáticas de los derechos humanos”, manifestó Fariñas.
“Cuando ella se ponga el nombre de cualquier opositora va a saber de detenciones, arrestos, amenazas, presión física”, dijo el sobreviviente de varias huelgas de hambre. “Y cuando ella pregunte si eso no va contra la ley, simplemente le van a decir: ‘Para nosotros no hay ley, porque nosotros somos la Seguridad del Estado, y la Seguridad del Estado hace lo que le da la gana”.
La mención de “aunque tienen un Premio Sajarov” iba seguida de varias diatribas, entre ellas la de que los opositores pacíficos no tienen respaldo popular en Cuba, “y quedó demostrado en las últimas elecciones, cuando ni siquiera un representante de alguno de estos grupúsculos resultó electo a nivel de base, a nivel popular”, según la funcionaria.
El modus operandi es muy elocuente, comenta el Jefe de Redacción del diario digital 14ymedio.com, Reinaldo Escobar, que en 1988 fue expulsado “deshonrosamente” del periódico Juventud Rebelde.
“Lo más notorio fue afirmar que ninguno de ellos resultó electo en las elecciones de circunscripción, como si desconociera los métodos del gobierno para impedir esas postulaciones”, escribió Escobar a petición de Radio Televisión Martí. “Y para colmo se quejó de falta de pluralidad representando a un gobierno donde toda discrepancia política es penalizada”, añadió.
“Las declaraciones de la joven diplomática Heidy Villuendas son un compendio de falsedades y medias verdades”, dijo el Jefe de Redacción de 14ymedio.com. “No dudo que ella se crea todo lo que dijo, porque sus conocimientos sobre los opositores y los defensores de los derechos humanos en Cuba los tiene por la única vía que es posible para ella: a través de los informes de la Seguridad del Estado”.