La crisis de Venezuela, agravada por la violencia de los últimos días contra manifestantes de la oposición, ha marcado un punto de inflexión en la relación con Colombia, cuyo Gobierno ha pasado de la neutralidad a la crítica directa al régimen de Nicolás Maduro.
El martes, a medida que en las calles de Venezuela retumbaban los gritos de la oposición y se endurecía la respuesta del Gobierno de Maduro, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, subió el tono sobre Venezuela, al rechazar el plan de Maduro para expandir hasta 500.000 efectivos armados a la Milicia Bolivariana, un cuerpo integrado por civiles y que es complementario de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
"Vemos con seria preocupación la militarización de la sociedad venezolana", escribió el jefe de Estado colombiano en su cuenta de Twitter, un tema que llevó luego a la ONU a través de su canciller María Angela Holguín, donde consiguió una enérgica condena.
El jueves, pese a la crisis que erosiona a su Gobierno, Maduro sacó tiempo para enfilar sus baterías contra Santos, con amenazas de revelar “las grabaciones secretas del proceso de paz”, que dijo los colombianos le deben a (Hugo) Chávez y a él.
Las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se llevaron a cabo en Oslo y en La Habana, puesto que Noruega y Cuba fueron países garantes de este proceso.
Calificó a Colombia de “Estado fallido” y aseguró que miles de colombianos, 35.000 en lo que va de año, huyen hacia Venezuela del hambre y la miseria en su país
En una referencia al régimen de Maduro, sin citarlo, Santos respondió: “Este Gobierno y este país afortunadamente tiene una democracia sólida, donde se respetan los poderes públicos, donde se respeta la independencia de los poderes públicos, se respetan las libertades”.
También el jueves, mientras centenares de miles de venezolanos salieron a las calles a protestar contra el Gobierno de Maduro. Santos escribió en su cuenta de Twitter: “"Hace 6 años se lo advertí a Chávez: la revolución bolivariana fracasó".
El presidente colombiano, que se ha caracterizado por la prudencia en el manejo de la relación con Venezuela, aunque eso le haya significado críticas de la oposición, tanto de la interna como de la venezolana, ha dado ese giro en medio de la preocupación internacional por el deterioro de la situación política en el país vecino.
Según la agencia EFE, los motivos de Santos pueden ser varios, desde la necesidad de sumarse a la presión internacional al Gobierno de Maduro para que haya respeto a la democracia, a la oposición y que convoque a elecciones, hasta electorales, ya que en un año Colombia irá a las urnas para elegir a su sucesor.
En este punto, la oposición colombiana, liderada por el expresidente Álvaro Uribe, del partido Centro Democrático, lleva ventaja ya que ha sido constante crítica de Maduro mientras a Santos le recuerdan su frase de agosto de 2010, cuando días después de llegar al poder se reunió con el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, a quien definió como su “más nuevo mejor amigo”.
Pero las cosas han cambiado y el jefe de Estado colombiano no se siente cómodo con Maduro, quien en las últimas semanas también ha recurrido a la tesis del enemigo externo para aplacar la presión interna.
La relación con Chávez fue tensa cuando el hoy presidente era ministro de Defensa del Gobierno de Álvaro Uribe, por sus operaciones militares contra las FARC, hasta el punto de que el líder venezolano amenazó con una guerra en caso de que Santos llegara al poder en Colombia.
Sin embargo, a los pocos días de llegar al poder, Santos reanudó con Chávez las relaciones diplomáticas rotas en el Gobierno de Uribe y el líder bolivariano le correspondió después con su apoyo a la negociación de paz con las FARC, proceso en el que Venezuela y Chile actuaron como países acompañantes, mientras que Cuba y Noruega fueron garantes.
Con Maduro la situación es diferente y a los reiterados cierres en 2015 de la frontera común de 2.219 kilómetros, con la expulsión de miles de colombianos pobres que vivían en Venezuela, se sumó el mes pasado una incursión de militares del país vecino en el departamento colombiano de Arauca.
Para analistas, el papel asumido por Santos hacia Caracas puede tener varias explicaciones, entre ellas la evolución del proceso de paz con las FARC, la preocupación ante los posibles efectos en Colombia de un escalamiento de la crisis vecina, e incluso posiciones políticas internas.
“Sin lugar a dudas, mientras Venezuela jugó un papel fundamental en el proceso de paz, Santos tuvo que pasarse varios tragos amargos”, señaló a Efe el investigador Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario de Bogotá.
A su juicio, “ahora que ya el proceso de paz está en otro estado”, la “dependencia” de Venezuela para una estabilidad con las FARC, “es menor”.
(Con información de EFE)