El primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Mario Moronta, aseguró este martes que la petición a la Fiscalía del presidente Nicolás Maduro de investigar unas homilías por si existió "delito de odio" van en contra de toda la Iglesia católica del país.
"Lo que ha sido dicho contra ellos dos es contra todo el episcopado y contra toda la Iglesia católica, porque nosotros no somos un cuerpo de gente aislada", afirmó Moronta en una entrevista en la emisora Circuito Éxitos.
Durante la procesión del pasado domingo en honor a la Divina Pastora, una de las más multitudinarias del mundo, tanto el arzobispo de Barquisimeto, Antonio López Castillo, como el obispo de San Felipe, Víctor Hugo Basabe, lanzaron fuertes críticas contra el Gobierno que ayer fueron respondidas por Maduro con esta petición al Ministerio Público.
Basabe pidió a la Virgen librar a Venezuela de "la peste" de la corrupción política que, dijo, llevó al país "a la ruina moral, económica y social", así como de la "peste de la indiferencia que no nos permite entender que el futuro de Venezuela no lo construyen unos pocos, sino que será fruto del esfuerzo de todos".
Según Moronta es innecesario investigar porque los prelados hicieron "señalamientos que son del conocimiento público", pero que en el caso de que la Fiscalía lo considere, "ahí están los discursos, ahí están las homilías".
"Ni van a encontrar en ningún momento ningún llamamiento al odio, ninguna invitación a la violencia, como en efecto sí lo podemos ver en muchas de las expresiones que incluso ayer se dijeron", agregó.
Maduro se refirió a los curas durante la presentación de su balance de gestión ayer frente a la Asamblea Constituyente, no reconocida por el Parlamento, de mayoría opositora, como "diablos con sotana".
El también obispo de San Cristóbal señaló este martes que en el caso de detención o represalia contra estos miembros de la congregación "el Gobierno, todo el Estado, va a tener que enfrentar no solamente a la Iglesia en Venezuela, que no se va alzar, que no se va a ir a la violencia, sino (...) va a ser un problema de carácter internacional".
"No solamente por las relaciones que hay con la Santa Sede sino también porque muchos gobiernos van a darse cuanta de que aquí el Estado de Derecho (...) está siendo vulnerado", añadió.
Aseguró que, de darse esta hipotética situación, "el Gobierno va a tener que echar para atrás".
(EFE)