CARACAS (AP) - La presión internacional sobre Venezuela aumentó tras la decisión del gobierno de convocar elecciones presidenciales en unas condiciones que, según la oposición, favorecen abrumadoramente al presidente, Nicolás Maduro, quien por el momento es el único candidato.
España, un importante socio comercial con profundas raíces en la nación latinoamericana, se convirtió el viernes en el último país en romper relaciones diplomáticas con Caracas. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo por su parte que está dispuesto a sanciones adicionales de la Unión Europea contra lo que calificó que “cambio autoritario inaceptable” de Maduro.
La oficialista Asamblea Nacional Constituyente convocó esta semana la elección para fines de abril, aunque no concretó la fecha.
Maduro anunció de inmediato que aspirará a revalidar su cargo como candidato del Partido Socialista, presionando para que los comicios se celebren lo antes posible. Normalmente, las elecciones se celebran a finales de año para evitar una larga transición hasta el próximo mandato presidencial de seis años, que comenzará en enero de 2019.
Los gobiernos extranjeros se apresuraron a condenar la iniciativa, alegando que socava las frágiles negociaciones entre el gobierno y la oposición, que todavía no han arrojado acuerdo alguno. Una de las principales demandas de la oposición en el diálogo es que los comicios cuenten con observadores internacionales para evitar manipulaciones.
Avivando el temor a una votación fraudulenta, la Corte Suprema controlada por el gobierno prohibió el jueves en la noche la presencia de la principal alianza opositora en la boleta, lo que supone que cualquier candidato que se presente contra Maduro deberá hacerlo bajo la marca de un partido menos popular.
Aunque las encuestas señalan que los venezolanos culpan de forma abrumadora a Maduro por la amplia escasez de comida y la inflación de tres dígitos que ha devorado los salarios, la oposición se quedó sin timón luego de que varias de sus figuras más prominentes fueron vetadas para cargos electos u obligadas a exiliarse tras el letal movimiento de protesta callejero que pidió la marcha del presidente el año pasado.
Estados Unidos no reconocerá los resultados de las repentinas elecciones presidenciales venezolanas en caso de que se celebren, apuntó la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Heather Nauert, apuntando que la votación “no será libre ni justa”.
Argentina, Brasil y México integran una coalición regional, el Grupo de Lima, con 14 gobiernos en su mayoría conservadores que emitió un duro comunicado señalando que la temprana convocatoria electoral contradice los principios democráticos y no cumple los estándares internacionales.
El coro de condenas internacionales no parecía preocupar a Maduro, quien el viernes apareció bailando en el escenario de un mitin para respaldar su candidatura. Los partidarios del gobierno dijeron que la oposición no tiene suficiente apoyo popular para derrotar al mandatario en las urnas, por lo que su única opción es recurrir a los aliados internacionales para que lo obliguen a dejar el cargo.
La decisión del lunes de la Unión Europea de imponer sanciones económicas y restricciones de viaje a siete altos cargos venezolanos fue la que inició el último enfrentamiento entre Caracas y Madrid.
La UE acusó a los siete funcionarios de abusos contra los derechos humanos o de violar el estado de derecho y promulgó las sanciones “mientras la situación política, social y económica en Venezuela sigue deteriorándose”.
Maduro señaló a España, uno de los 28 integrantes del bloque, llamando al embajador de Madrid en el país a consultas y acusando a su antigua potencia colonial de ser una herramienta del imperialismo estadounidense que intenta interferir en sus asuntos nacionales. España respondió el viernes expulsando al enviado diplomático de Caracas.
En París, Macron mostró su solidaridad con España y prometió más acciones para castigar a Maduro.
"Espero que los otros países que comparten nuestros valores y nuestro apego a los derechos humanos, y que obviamente tienen vínculos económicos mucho más estrechos, puedan introducir también sanciones efectivas”, dijo durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente de Argentina, Mauricio Macri.
Caracas ya expulsó a diplomáticos de Canadá y Brasil hace un mes por motivos similares.
Por el momento no está claro si se retomarán las negociaciones, que podrían sofocar la crisis interna y económica del país. El presidente de República Dominicana, Danilo Medina, donde se celebra el diálogo, anunció que se reanudará el domingo. Pero uno de los negociadores, el legislador opositor Luis Florido, anunció que él no acudirá por el momento.