Las autoridades judiciales otorgaron licencia extrapenal por un año, a Wilfredo Castillo González, sentenciado a 15 años de privación de libertad por participar en las manifestaciones populares del 11 de julio en Colón, Matanzas.
El preso político, de 55 años, sufrió un infarto en la cárcel de Agüica y tuvo que ser ingresado en el hospital de la localidad “Mario Muñoz Monroy”.
“Hacía cinco días que me estaba dando el dolor de pecho y no llamé a los policías. El 26 [de febrero] en la mañana, como a los siete días, me dio un dolor que me tumbó en el piso. Dos presos me cargaron hasta la enfermería, allí me atendieron y me mandaron de nuevo para el piso. Alrededor de las nueve de la noche me volvió a dar”, contó Castillo a Martí Noticias.
Esta vez un electrocardiograma, practicado en la misma enfermería de la cárcel, reveló que había sufrido un infarto por lo que fue llevado al hospital de Colón y luego transferido al Faustino Pérez de la capital provincial.
“Como a los siete días me dieron la licencia extrapenal. Me dijeron que es por un año. Al año me la renuevan si los estudios clínicos determinan que no estoy acto para estar en un establecimiento penitenciario”, señaló.
De conformidad con el Código Penal cubano, los tribunales, obedeciendo las orientaciones del Ministerio del Interior, tienen facultad discrecional para otorgar la licencia extrapenal durante el tiempo “que se considere necesario”.
Castillo González fue juzgado por el Tribunal Militar Territorial Central a 15 años de privación de libertad por los delitos de sabotaje y desórdenes públicos.
“Yo fui a las protestas a quejarme porque no había luz, por el hambre, porque la gente estaba muriendo de COVID... El gobierno mandó un beneficio de un poco de boniato, yuca y eso. Tuve la posibilidad y lo compré en 75 pesos. En vez de regalárselo a la población, lo que hacían era venderlo. Por eso me manifesté porque no estoy de acuerdo con el Gobierno”, dijo.
El recurso de casación presentado a favor de Castillo González y otros 11 manifestantes fue declarado sin lugar. El documento asegura que los manifestantes lanzaron piedras a los establecimientos y sustrajeron mercancías.
“Aprovechando que estaban vigentes un grupo de medidas restrictivas” debido a la pandemia “transitaron por las calles principales del municipio Colón, donde se concentran varios centros comerciales”, cuyas ventas son en MLC (Moneda Libremente Convertible)", recoge el documento y agrega que se trataba de “comercios que los acusados deseaban destruir e impedir que cumplieran su objeto social, alentados por ciudadanos inescrupulosos que pretenden mediante métodos violentos derrocar la ’Revolución Cubana’”.
Aunque Wilfredo ahora disfruta de su estancia en su casa, no olvida a sus compañeros que quedaron atrás. “Yo les deseo a ellos que salgan pronto y el que quiera irse que se vaya. Mejor sería que el país cambiara, pero esto no va a cambiar nunca y se va a pique”, opinó.
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