La primera dama de EE.UU, Melania Trump, que ha tendido a mantenerse al margen de las controversias políticas, se pronunció sobre este delicado tema de la separación de niños migrantes de sus padres en la frontera con México.
Así su portavoz dijo que la señora Trump considera que “necesitamos ser un país que respete todas las leyes”, pero también uno que “gobierne con el corazón”.
“La señora Trump odia ver que los niños sean separados de sus familias y confía en que demócratas y republicanos puedan unirse finalmente para lograr una reforma exitosa a las leyes de inmigración”, afirmo la portavoz Stephanie Grisham.
Por su parte, la ex primera dama Laura Bush calificó la política de "cruel" e "inmoral", mientras que la senadora republicana Susan Collins expresó su preocupación y un ex asesor del presidente Donald Trump dijo que pensaba que el tema iba a perjudicar al presidente en algún momento.
La señora Bush hizo algunos de los comentarios más fuertes hasta el momento sobre la política desde el lado republicano del pasillo.
La senadora republicana Susan Collins de Maine dijo que favorece una seguridad fronteriza más estricta, pero expresó su profunda preocupación por la política de separación de menores.
Trump ha responsabilizado de la separación a los demócratas, por una situación que ha desatado mucho enojo y un debate nacional sobre las implicaciones morales de la línea dura que aplica para controlar la inmigración ilegal.
"A nadie le gusta" la separación de las familias, dijo Kellyanne Conway, consejera del presidente.
Casi 2.000 niños fueron separados a la fuerza de sus padres en un periodo de seis semanas en abril y mayo, después de que el secretario de Justicia Jeff Sessions anunció una nueva política de "tolerancia cero" que refiere a la fiscalía todos los casos de ingreso ilegal al país para que les presenten cargos penales.
De acuerdo con el protocolo de leyes estadounidenses, los niños no pueden ser detenidos con sus padres porque a los menores no se les ha presentado ningún cargo penal, pero a sus padres sí.
"Sabemos por años de experiencia que necesitamos reorganizar nuestras leyes migratorias y que usar a los niños no es la respuesta", dijo la senadora Susan Collins.
Trump planea reunirse el martes con congresistas republicanos para hablar sobre una propuesta migratoria pendiente en medio de un debate de temporada electoral sobre un asunto que contribuyó a que el magnate de bienes raíces de Nueva York llegara a la Oficina Oval en el 2016.
Se prevé que la cámara baja vote esta semana en torno a una medida promovida por conservadores, que podría no tener suficiente apoyo para ser aprobada, y otra medida en la que se alcanzó una solución negociada y cuenta con el apoyo de la Casa Blanca.
Conway negó que Trump esté tratando de usar el tema para obligar a los demócratas a aceptar sus condiciones sobre la inmigración y la construcción de un muro en la frontera, incluso después de que el presidente tuiteó el sábado: "¡Los demócratas pueden resolver la separación de familias que ellos han causado en la frontera trabajando con republicanos para crear una nueva ley, un cambio!"
Para el congresista demócrata Adam Schiff el gobierno "está usando el dolor, las lágrimas, el dolor de estos niños como mortero para construir nuestro muro. Y es un esfuerzo para extorsionar al Congreso con el fin de que apruebe un proyecto de ley al gusto del gobierno”.
Conway, sin embargo, echó la culpa a los demócratas, al afirmar que si hablan en serio sobre reformar el sistema, "se unirán y tratarán de corregir estos resquicios y obtendremos una verdadera reforma migratoria".
La inminente votación sobre leyes migratorias en la Cámara de Representantes está intensificando el debate entre los republicanos y está alimentando la preocupación de que una respuesta negativa de los electores pueda costar al Partido Republicano el control de la cámara en las elecciones intermedias de noviembre.
Para muchos conservadores, una propuesta migratoria acordada esta semana y dada a conocer por el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, es poco más que una "amnistía" para los migrantes.
Un grupo conservador dijo que el plan republicano es "la traición final". El anfitrión del programa de televisión Fox Business, Lou Dobbs, quien es cercano del presidente Donald Trump, tuiteó el viernes que Ryan está "tratando de abrir nuestras fronteras todavía más y dar a los inmigrantes ilegales la mayor amnistía en la historia de Estados Unidos".
El borrador del proyecto, resultado de intensas negociaciones entre moderados y conservadores, incluye un camino a la ciudadanía para alrededor de 1,8 millones de jóvenes migrantes que viven sin permiso legal en Estados Unidos. El plan incluye 25.000 millones de dólares para el muro fronterizo con México y otras medidas de seguridad que quiere la Casa Blanca.
"Aunque el proyecto contiene algunas medidas positivas, incluso financiamiento total al muro fronterizo y cerrar huecos en la ley actual, todavía es una amnistía", opinó RJ Hauman, del grupo conservador Federation for American Immigration Reform.
"Esta iniciativa de ley apenas cumple con la audaz promesa del presidente Trump de arreglar la inmigración y estoy seguro de que no es un mensaje ganador para el Partido Republicano en las elecciones intermedias", agregó Hauman.
Los republicanos han asegurado que Trump apoya el plan, pero el presidente dijo el viernes a los reporteros que no lo firmará si llega a su escritorio. Más tarde, la Casa Blanca salió a decir que Trump se confundió con otra pregunta de los periodistas y dijo que él sí apoya la medida.
El debate sobre la política migratoria se ha calentado más desde que el gobierno adoptó el enfoque de "tolerancia cero" en la frontera con México.
(Con información de AP y EFE)