Unos 700 migrantes cubanos ubicados en instalaciones de San Isidro y Millenium, en Paso Canoas, iniciaron una huelga de hambre el jueves para presionar por una solución que les permita llegar a Estados Unidos, asegura una nota del diario La Prensa, de Panamá.
El diario tico La Nación informa que "alrededor de las 9:30 a.m. de este jueves, un grupo de unos 100 cubanos montó una nueva manifestación en el puesto fronterizo de Paso Canoas, en el límite con Panamá, exigiendo que les dejen cruzar Costa Rica para dirigirse a Estados Unidos".
El mismo diario reportó que Oficiales de la Fuerza Pública detuvieron en la madrugada de este jueves un autobús con 39 migrantes africanos y cubanos, que entraron de forma ilegal al país por la frontera sur.
Carlos Hidalgo, portavoz del Ministerio de Seguridad, aseguró que los extranjeros cruzaron el puesto migratorio de Paso Canoas, en Ciudad Neily, y fueron interceptados cerca de las 4:00 a.m., cuando ya habían recorrido unos cinco kilómetros de carreteras.
La presión ha crecido en la zona debido a las recientes medidas aplicadas por países como Costa Rica y México para contener la migración ilegal proveniente de Cuba.
"Criticamos a Costa Rica porque ellos se quejaban que Nicaragua les había cerrado las fronteras cuando en ese país había cubanos y no podían pasar, pero ahora ellos nos hacen lo mismo", dijo Yailin Álvarez, del grupo de más de 3.000 migrantes cubanos varados en Panamá.
En un comunicado, el Gobierno de Costa Rica anunció el reforzamiento policial en la frontera de Paso Canoas y advierte que todo cubano que cruce a tierras ticas va a ser deportado.
En tanto, el gobernador de Chiriquí, Hugo Méndez, dijo que igual que Costa Rica, se refuerza la seguridad fronteriza, con personal del Servicio Nacional de Fronteras.
Estas medidas llegan después que más de mil cubanos irrumpieran el miércoles en el cruce fronterizo de Paso Canoas para exigir que se les permita continuar camino a través de Centroamérica hacia Estados Unidos.
Panamá culpa a los Gobiernos de Cuba y EEUU
Autoridades de Panamá atribuyeron la actual crisis migratoria y el incidente del miércoles a los problemas entre La Habana y Washington.
"Es un problema que no causamos nosotros, sino que lo encontramos en el país de origen y en el país de destino. Nosotros sólo somos un país de tránsito", dijo el ministro panameño de Seguridad, Rodolfo Aguilera, a periodistas.
Estos ciudadanos cubanos "están en una situación de estrés" y Panamá va a "respetar la dignidad y los Derechos Humanos de estos individuos que al final del día no son delincuentes sino seres humanos que están pasando por una situación difícil", agregó.
La Cancillería está trabajando en la vía diplomática para buscar una nueva solución al problema", explicó el funcionario.