Una monja muy joven ha sido el eje central de la obra caritativa detrás del torneo de golf que llevará a Cuba a Orlando ("El Duque") Hernández.
Los fondos recaudados en el evento podrían traer magníficos resultados, sobre todo para los pacientes -discapacitados psíquicos, en su mayoría- del hospicio La Edad de Oro, de La Habana.
Alrededor de 200 personas con encefalopatías crónicas permanecen en un antiguo edificio de la Calzada del Cerro. Allí se necesitan auxiliares para las monjitas, que no dan abasto con los enfermos.
Según comenta la madre de una interna hace años en la institución, el edificio, además de muy antiguo, no es nada funcional. El ascensor pasa más tiempo estropeado que funcionando, dice esta madre que solicitó el anonimato.
El hospicio, gestionado por el Ministerio de Salud Pública, fue el motivo de un reportaje que publicó Martí Noticias el 4 de marzo de 2015, en el que quedó expuesto el esfuerzo que hacen las monjas de la orden Hijas de la Caridad, quienes muchas veces tienen que cargar a los enfermos para asearlos.
Desde la fecha del reportaje y hasta el día de hoy, dice nuestra fuente en La Habana, no han reforzado el personal. Es decir, muchos auxiliares llegan y al poco tiempo dejan el trabajo por los bajos salarios. Un auxiliar cobra alrededor de 500 pesos al mes, lo que equivale, según el cambio en Cuba, a unos 25 dólares. Esta es la razón por la que no avanzan las cosas allí, comenta la madre de la paciente.
"Lo que queremos es que La Edad de Oro pase a la administración de la Iglesia y no del Estado como está ahora", comenta, pero dice haber perdido todas las esperanzas en ese sentido.
Sor Yaileny: Hablar con el Papa tiene fuerza
El 20 de septiembre de 2015, en la Catedral de La Habana, la joven monja Sor Yaileny Ponce Torres explicó ante el papa Francisco las características del centro.
"Al terminar la etapa del seminario, supe que la comunidad me enviaba a servir a Dios y a los pobres en el hogar de impedidos físicos y mentales La Edad de Oro. Tuve miedo, lloré mucho… Sabía que de todas la obras en las que estamos presentes, esta, justamente esta, sería la que más exigiría de mí. Aún están frescas en mi corazón las palabras de una hermana:
"Vas a la casa de la misericordia, la que más exige de ti, pero la mayor exigencia será que no dejes de fijar tu mirada en Jesús. Llena de Dios sabrás abrazar la miseria humana, eso es ser misericordiosa y sobre todo sabrás ser la madre de los pobres. Muchas veces cuando la misión se hace dura recuerdo estas palabras", leyó su carta ante el Santo Padre esta mujer de 30 y pocos años, que es muy querida en el hospicio.
Su rostro y sus palabras se quedaron grabados en personas de allende los mares. Este martes El Nuevo Herald publica la noticia de que uno de los peloteros cubanos más famosos de todos los tiempos, Orlando "El Duque" Hernández, viajará a Cuba con los organizadores de un evento de golf, cuyos beneficios serán donados a La Edad de Oro.
"Ha llegado el momento de que El Duque regrese a Cuba y que lo haga por una causa que vale la pena'', expresó Omar Claro, el creador del evento "Con el golf en la sangre".
"Ningún pelotero cubano vivo desata tantas pasiones y la gente de su tierra, de toda la isla, quiere verlo y abrazarlo. Han pasado muchas cosas, pero ha llegado el momento'', dice el Herald sobre el evento deportivo.
En su presentación al Papa, Sor Yaileny especifica el cariño con el que tratan a los internos, cuyas edades oscilan entre los 12 y los 71 años. "A todos les llamamos niños, nuestros niños", dijo la monja entonces.
"Aunque la gran mayoría de los niños no pueden articular palabras, no por eso dejan de comunicarse. Fue necesario ir adaptando mis sentidos a los suyos, diferenciar en un grito la alegría del dolor, distinguir una mirada ansiosa que pide atención a una que responde al saludo de buenos días".
"Ha sido un aprendizaje lento. Al comienzo, todos pudieran parecer iguales y todos sus sonidos semejantes, pero se van conociendo en su personalidad única e irrepetible. Ellos también ejercen la misericordia con nosotros, enseñándonos con mucha paciencia a entenderlos, perdonando el trato brusco en algún momento o interpelándonos con sus vidas frente a lo esencial", expresó Sor Yaileny en un comunicado ciertamente emotivo.
Hubo primero un donante anónimo
Cuando Martí Noticias publicó su reportaje, se habló de una nueva sede que tendría el hospicio, con el fin de mejorar el acceso a las habitaciones y específicamente a los pacientes. El nuevo edificio sería construido según las normativas internacionales para centros especializados, con rampas de accesos y con una sola planta.
Las construcciones estaban demoradas. Ni siquiera habían asignado formalmente el terreno, pero ya se sabía que estaba ubicado en las calles Primelles y Final, en el reparto Casino Deportivo, de la capital cubana. Entonces, se dijo que el dinero principal llegó a través del Vaticano, de una partida que destinó la Santa Sede en 2008.
La donación se realizó con las ofrendas de los fieles, depositadas durante una misa de Jueves Santo, en la basílica romana de San Juan de Letrán, que fue presidida por el papa Benedicto XVI. Pero no había trascendido que un donante anónimo, padre de un interno, había entregado, a su vez, una importante cantidad para la construcción del nuevo local.
Como es habitual, el Estado, a través del Ministerio de Salud Pública, se encargó del dinero y las obras se retrasaron, dijo nuestra fuente esta mañana a través del teléfono. Hasta que un día se presentó allí el donante y "puso el grito en el cielo" al ver las pésimas condiciones en las que se encontraban todavía los enfermos.
El grito sonó tan alto que, entonces, sí se apuraron y metieron manos a la obra. El nuevo inmueble para La Edad de Oro quedará listo dentro de cuatro o cinco meses, dijo nuestra fuente. Sobre la identidad del donante, sólo se sabe que vive en Europa, pero nada más.
La donación que vendrá del torneo de golf podría ir lo mismo a terminar la nueva sede que a contratar personal por un salario más digno. Este tipo de trabajo, por lo general, es sumamente vocacional. Hay que asear a los pacientes, cargarlos en peso y tener mucha paciencia. Allí viven personas que han permanecido toda su vida interna, como la hija de quien suministró esta información.