La figura de Dzerzhinski era el símbolo de una época odiada, de un órgano represor y de un sistema de infamia. Aquella noche de agosto los rusos, con una grúa, quitaron al fundador de la KGB de su pedestal y a gritos pedían que mandaran la estatua a la Siberia, a donde fueron condenados millones de soviéticos.
La estatua de Dzerzhinski en Moscú
La figura de Dzerzhinski era el símbolo de una época odiada, de un órgano represor y de un sistema de infamia.
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