La quinta temporada de la serie House of Lies de la cadena televisiva estadounidense Showtime, en la que el actor Don Cheadle interpreta a un inmoral consultor de dirección de empresas, concluyó el fin de semana con una primicia: el capítulo final fue el primer programa dramático de la televisión estadounidense filmado en Cuba desde que se restablecieron las relaciones diplomáticas, y marca el comienzo de lo que sería un frenesí de Hollywood tras la filmación en la isla de Fast and Furious VIII y de la úlltima edición de Transformers.
El episodio de House of Lies se titula “No es fácil”, y según la reportera Adrienne Hill del grupo mediático Marketplace, la expresión popular cubana es una descripción apropiada de lo que implica filmar en Cuba.
Hill señala que al principio del capítulo el supercapitalista Marty Kaan, encarnado por Cheadle, se hace la boca agua ante las posibilidades en Cuba: “Bienvenido a Cuba, la joya perfecta del renaciente capitalismo”, dice Kaan, “como un árbol de jugosas frutas por largo tiempo dormido que alguien olvidó regar durante 50 años”.
Ese prolongado letargo, apunta Hill, se traduce en un paisaje aún exuberante, sin cafeterías Starbucks en cada esquina, y con autos clásicos de los años 50 rodando en las calles.
“Apenas existe un lugar donde uno plante una cámara y no obtenga una imagen hermosa”, dice el creador del programa, Matthew Carnahan, quien también escribió y dirigió el episodio fina.
Mientras, se filma una escena aparentemente simple: Kaan y su asistente Jeannie Van Der Hooven, interpretada rpor Kristen Bell, se tropiezan con la celebración de una boda en una cuadra de La Habana Vieja. De fondo, una nostálgica trompeta comenta un son del Septeto Habanero. Inmediatamente se destaca la hospitalidad del cubano: “¿Así que te vas a quedar aquí con esta partida de gente desconocida?”. “¡Si tonto, porque ellos están felices y yo no!” responde Jeannie, y ambos son acogidos por los festejantes, en un ambiente que anima a Kaan a proponerle matrimonio a su asistente.
“Aquí, ahora mismo, nada es fácil Lo que no significa que no valga la pena, que no sea bueno, sino sólo eso, que no es fácil”, comenta Marty.en otra escena. Callahan le confesó a Hill haber aprendido durante el rodaje similares lecciones acerca de hacer negocios en Cuba:
“Conseguir las locaciones fue difícil porque no es como aquí (en EE.UU). donde, con dinero por delante, más nada importa”, dice el director, y apunta que en Cuba una sola persona asigna los permisos para todas las locaciones de la isla entera.
Para conseguir actores locales contrataron a una “diva” que los conoce a todos y su paradero.
Las cámaras les llegaron desde Alemania porque no pudieron ser enviadas directamente desde EE.UU., y hasta los artículos más básicos se dificultaban: “No hay martillos, no hay papel sanitario, cosas que la gente necesita”.
Los almuerzos para los miembros del equipo de filmación, incluidos unos 60 cubanos, los arreglaron con la esposa y los familiares de uno de los productores cubanos contratados.
En ese sentido Callahan agradeció la existencia en la isla de "una comunidad de asombrosos cineastas" y de trabajadores cubanos que dominan sus oficios.
El creador de "House of Lies" dice tener sentimientos encontrados en cuanto a desear que Hollywood siga filmando en Cuba o quedarse con la exclusiva. “Es un lugar extraordinario, en transición entre lo viejo y lo nuevo”. Un momento que, señala Hill, podría pasar muy pronto.
Para ver la promoción del capítulo final de "House of Lies" en Cuba pulse aquí. El capítulo completo está disponible On Demand para suscriptores de Showtime.
El mar de... las carencias
Las carencias confrontadas por la serie televisiva estadounidense en Cuba sugirieron a un investigador del Instituto Cato, un tanque pensante de Washington D.C., un paralelo con Venezuela, país al que Hugo Chávez prometió llevar al “mar de la felicidad” cubano. “Y lo logró”, dice David Boaz, reproduciendo una reciente noticia publicada por varios medios del país suramericano:
“Los turistas que tengan a bien escoger a Mérida como su destino (...), deberán venir preparados con su papel sanitario y jabón de tocador, pues algunos prestadores de servicio han tenido que recurrir a esta estrategia ante la grave escasez de insumos para sus hoteles y posadas”.
“Esto lo señaló Gerardo Montilla, presidente de la Cámara de Turismo del estado Mérida, quien ha conocido de estos casos entre sus afiliados, quienes ‘están pasando por la pena de decirles a sus huéspedes que traigan papel tualé y jabón de baño’”.