Dos días después de que miles de venezolanos marcharan en Caracas para denunciar y rechazar la injerencia del gobierno de Cuba en su país, el diario de Miami El Nuevo Herald afirma, citando a ex agentes de Inteligencia venezolanos y fuentes en contacto con oficiales militares activos, que los grupos paramilitares que han sido responsables de gran parte de la violencia registrada en las recientes manifestaciones, son coordinados por personal cubano enviado por La Habana.
Las fuentes aseguraron al Herald que “Cuba juega un papel estelar en la represión emprendida por Maduro contra los manifestantes venezolanos, encargándose de operaciones que van desde la seguridad en los alrededores del palacio presidencial hasta la planificación de futuros arrestos de opositores”.
Uno de los informantes, con acceso a oficiales venezolanos en activo, precisó que el equipo cubano que está recomendando algunas de las operaciones represivas emprendidas en los últimos días opera desde el palacio presidencial de Miraflores, y está conformado por cerca de una veintena de oficiales y funcionarios de alto rango.
También son los que están dirigiendo a los llamados “colectivos” paramilitares. Testimonios de los participantes en las protestas revelan que los miembros de los colectivos han disparado abiertamente bajo la mirada cómplice de la Guardia Nacional, y han provocado muchas de las muertes y las heridas de bala registradas, apunta el autor, Antonio María Delgado.
Delgado cita a un ex funcionario de inteligencia que aún reside en Venezuela y se mantiene en contacto con empleados del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia), según el cual “los colectivos son todos coordinados por agentes cubanos y por gente que está vinculada con ese mundo de la izquierda”.
Las órdenes –precisa el Herald-- serían impartidas a través del Secretariado Revolucionario de Venezuela, una coordinadora que agrupa a los más de 90 colectivos que operan en el país, “cuya máxima cúpula es totalmente controlada por los funcionarios cubanos”.
Otro ex funcionario de inteligencia que reside en Miami, dijo al reportero que la estrategia implica la adopción de “medidas de envergadura” para incrementar el miedo entre la población y en particular entre los manifestantes. Una versión de los actos de repudio orquestados en la isla, pero con licencia para matar.
Una muestra de esta campaña de terror dirigida a la población la vivieron el mes pasado los inquilinos de Monseñor Chacón, un conjunto residencial en la ciudad de Mérida donde habitan mayormente opositores al régimen de Nicolás Maduro. Motorizados del colectivo chavista Tupamaros irrumpieron en la propiedad disparando contra viviendas y vehículos, causando todo tipo de destrozos y robando todo lo que podían.
Los vecinos, que respondieron con gritos y cacerolazos, colgaron el testimonio gráfico en las redes sociales:
Un ejemplo aún fresco de intimidación, pero dirigida los manifestantes lo dio el mismo colectivo el lunes en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, cuando los Tupamaros atacaron con piedras, gases lacrimógenos, armas de fuego y cohetes una protesta pacífica dentro del perímetro de la filial local de la Universidad de Oriente (UDO).
Antes de que entraran en escena los paramilitares, los estudiantes recorrieron la Universidad con pancartas, exigiendo a las autoridades docentes que garanticen su seguridad, pues el plantel ha sido escenario de trece robos en un mes; y que se pronuncien sobre lo que está ocurriendo en el país.
El diario El Universal reportó que al mediodía, después que se marchó la prensa, unos 20 Tupamaros comenzaron sus ataques con piedras, objetos contundentes, disparos de armas de fuego y cohetes contra los manifestantes. Muchos de estos fueron heridos en la cara, las piernas, o la cabeza, además de recibir impactos de cohetes.
Aunque los Tupamaros y otros "colectivos" chavistas suelen perpetrar sus fechorías amparados en el anonimato de un pasamontañas, o cubriéndose el rostro al estilo bandolero, con un pañuelo rojo, los opositores están colgando en las redes sociales imágenes de los miembros identificados de la banda con el rótulo “RECONÓCELOS”, para que en algún momento sean llevados ante la justicia:
Hace dos semanas el político opositor y ex embajador de Venezuela ante la ONU Diego Arria colgó en la red YouTube una grabación tomada con un teléfono móvil que apunta a la participación de agentes cubanos en la coordinación y adiestramiento de la represión.
En el archivo de audio una persona con evidente acento cubano instruye a un grupo no identificado cómo facilitar que la Guardia Nacional pueda “repeler” las manifestaciones.
La persona que habla aconseja “tomar” azoteas de edificios altos e ”instalar a algunos de nuestros hombres para que puedan chequear la zona y tener un mejor ángulo al momento de nosotros darle seguimiento a la Guardia Nacional”. La referencia a un mejor ángulo desde una azotea sugería el uso de francotiradores, pero Arria señaló a Martinoticias que no era necesario, porque los miembros armados de los “colectivos” y los Guardias Nacionales han estado disparando sin ocultarse y a corta distancia.
El miembro de la Mesa de la Unidad Democrática se refirió asimismo a las torturas a que han sido sometidos algunos detenidos, desde el joven al que le introdujeron en el ano el cañón de un fusil, hasta choques eléctricos y baños de gasolina con amenazas de prenderles fuego.
Antiguos generales de la Guardia (Nacional) consultados por el ex diplomático subrayaron que en Venezuela nunca ha existido una represión semejante, y asignaron dicha responsabilidad a “grupos de cubanos ahí adentro que son los que ordenan a esta gente”.
Esta semana un abogado de Mérida, Genis Navarro, denunció al canal NTN24 las torturas a que fueron sometidos tres de sus representados, adolescentes de entre 14 y 17 años, por policías venezolanos e interrogadores presuntamente cubanos.
Los primeros les hicieron arrodillarse para dispararles con escopetas de perdigones, mientras que encapuchados con acento cubano los atormentaron desnudándolos y golpeándoles el cuerpo con canicas lanzadas con tirapiedras, mientras trataban de hacerles confesar que habían participado en una “guarimba” (barricada).
La injerencia de Cuba en los asuntos venezolanos comenzó con las misiones médicas, señala este martes en el diario El Universal el articulista Dámaso Jiménez
“La Misión Barrio Adentro de Fidel Castro se convirtió en un caballo de Troya para apoderarse de las riquezas de Venezuela. Primero fue la gran fachada social que sirvió para reforzar esa imagen de "amor al pueblo" que atornilló al presidente Chávez en el poder a posteriori de los sucesos de la asonada del 2002, al tiempo que permitió la filtración e inmediata invasión silenciosa que dio carta blanca al gobierno de La Habana para reforzar su red de espías en Venezuela, con el propósito de vigilar, ideologizar, rastrear información, (…), llevar a cabo labores de propaganda (…), hasta mimetizarse en grandes instancias de poder como la FANB y los poderes civiles del Estado”.
Para el comentarista “Maduro solo confirmó el tiempo que tiene este aparato de inteligencia (...) realizando labores intensas de formación y adoctrinamiento a través del Frente Francisco de Miranda, de los colectivos armados, y de la juventud marxista de este país, en un trabajo de hormiguita y de bajo perfil que les ha permitido camuflarse y decidir nuestro destino, manejar a su libre albedrío nuestras riquezas, designar jueces, escribir los abominables parlamentos que hemos escuchado sobre las torturas”
El autor concluye señalando que el castrismo ha decidido que su permanencia en Venezuela será por tiempo indefinido, y resalta que a su llegada a La Habana, tras participar en los actos por el primer aniversario de la muerte de Hugo Chávez, el canciller de la isla, Bruno Rodríguez, dijo que no sólo seguirán operando en Venezuela, sino que combatirán los "hechos desestabilizadores" provocados por "la derecha... ¿fascista?".
Las fuentes aseguraron al Herald que “Cuba juega un papel estelar en la represión emprendida por Maduro contra los manifestantes venezolanos, encargándose de operaciones que van desde la seguridad en los alrededores del palacio presidencial hasta la planificación de futuros arrestos de opositores”.
Uno de los informantes, con acceso a oficiales venezolanos en activo, precisó que el equipo cubano que está recomendando algunas de las operaciones represivas emprendidas en los últimos días opera desde el palacio presidencial de Miraflores, y está conformado por cerca de una veintena de oficiales y funcionarios de alto rango.
También son los que están dirigiendo a los llamados “colectivos” paramilitares. Testimonios de los participantes en las protestas revelan que los miembros de los colectivos han disparado abiertamente bajo la mirada cómplice de la Guardia Nacional, y han provocado muchas de las muertes y las heridas de bala registradas, apunta el autor, Antonio María Delgado.
Delgado cita a un ex funcionario de inteligencia que aún reside en Venezuela y se mantiene en contacto con empleados del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia), según el cual “los colectivos son todos coordinados por agentes cubanos y por gente que está vinculada con ese mundo de la izquierda”.
Las órdenes –precisa el Herald-- serían impartidas a través del Secretariado Revolucionario de Venezuela, una coordinadora que agrupa a los más de 90 colectivos que operan en el país, “cuya máxima cúpula es totalmente controlada por los funcionarios cubanos”.
Otro ex funcionario de inteligencia que reside en Miami, dijo al reportero que la estrategia implica la adopción de “medidas de envergadura” para incrementar el miedo entre la población y en particular entre los manifestantes. Una versión de los actos de repudio orquestados en la isla, pero con licencia para matar.
Campaña de terror
Una muestra de esta campaña de terror dirigida a la población la vivieron el mes pasado los inquilinos de Monseñor Chacón, un conjunto residencial en la ciudad de Mérida donde habitan mayormente opositores al régimen de Nicolás Maduro. Motorizados del colectivo chavista Tupamaros irrumpieron en la propiedad disparando contra viviendas y vehículos, causando todo tipo de destrozos y robando todo lo que podían.
Los vecinos, que respondieron con gritos y cacerolazos, colgaron el testimonio gráfico en las redes sociales:
Un ejemplo aún fresco de intimidación, pero dirigida los manifestantes lo dio el mismo colectivo el lunes en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, cuando los Tupamaros atacaron con piedras, gases lacrimógenos, armas de fuego y cohetes una protesta pacífica dentro del perímetro de la filial local de la Universidad de Oriente (UDO).
Antes de que entraran en escena los paramilitares, los estudiantes recorrieron la Universidad con pancartas, exigiendo a las autoridades docentes que garanticen su seguridad, pues el plantel ha sido escenario de trece robos en un mes; y que se pronuncien sobre lo que está ocurriendo en el país.
El diario El Universal reportó que al mediodía, después que se marchó la prensa, unos 20 Tupamaros comenzaron sus ataques con piedras, objetos contundentes, disparos de armas de fuego y cohetes contra los manifestantes. Muchos de estos fueron heridos en la cara, las piernas, o la cabeza, además de recibir impactos de cohetes.
Aunque los Tupamaros y otros "colectivos" chavistas suelen perpetrar sus fechorías amparados en el anonimato de un pasamontañas, o cubriéndose el rostro al estilo bandolero, con un pañuelo rojo, los opositores están colgando en las redes sociales imágenes de los miembros identificados de la banda con el rótulo “RECONÓCELOS”, para que en algún momento sean llevados ante la justicia:
Acentos cubanos
Hace dos semanas el político opositor y ex embajador de Venezuela ante la ONU Diego Arria colgó en la red YouTube una grabación tomada con un teléfono móvil que apunta a la participación de agentes cubanos en la coordinación y adiestramiento de la represión.
En el archivo de audio una persona con evidente acento cubano instruye a un grupo no identificado cómo facilitar que la Guardia Nacional pueda “repeler” las manifestaciones.
La persona que habla aconseja “tomar” azoteas de edificios altos e ”instalar a algunos de nuestros hombres para que puedan chequear la zona y tener un mejor ángulo al momento de nosotros darle seguimiento a la Guardia Nacional”. La referencia a un mejor ángulo desde una azotea sugería el uso de francotiradores, pero Arria señaló a Martinoticias que no era necesario, porque los miembros armados de los “colectivos” y los Guardias Nacionales han estado disparando sin ocultarse y a corta distancia.
El miembro de la Mesa de la Unidad Democrática se refirió asimismo a las torturas a que han sido sometidos algunos detenidos, desde el joven al que le introdujeron en el ano el cañón de un fusil, hasta choques eléctricos y baños de gasolina con amenazas de prenderles fuego.
Antiguos generales de la Guardia (Nacional) consultados por el ex diplomático subrayaron que en Venezuela nunca ha existido una represión semejante, y asignaron dicha responsabilidad a “grupos de cubanos ahí adentro que son los que ordenan a esta gente”.
Esta semana un abogado de Mérida, Genis Navarro, denunció al canal NTN24 las torturas a que fueron sometidos tres de sus representados, adolescentes de entre 14 y 17 años, por policías venezolanos e interrogadores presuntamente cubanos.
Los primeros les hicieron arrodillarse para dispararles con escopetas de perdigones, mientras que encapuchados con acento cubano los atormentaron desnudándolos y golpeándoles el cuerpo con canicas lanzadas con tirapiedras, mientras trataban de hacerles confesar que habían participado en una “guarimba” (barricada).
Caballo de Troya
La injerencia de Cuba en los asuntos venezolanos comenzó con las misiones médicas, señala este martes en el diario El Universal el articulista Dámaso Jiménez
“La Misión Barrio Adentro de Fidel Castro se convirtió en un caballo de Troya para apoderarse de las riquezas de Venezuela. Primero fue la gran fachada social que sirvió para reforzar esa imagen de "amor al pueblo" que atornilló al presidente Chávez en el poder a posteriori de los sucesos de la asonada del 2002, al tiempo que permitió la filtración e inmediata invasión silenciosa que dio carta blanca al gobierno de La Habana para reforzar su red de espías en Venezuela, con el propósito de vigilar, ideologizar, rastrear información, (…), llevar a cabo labores de propaganda (…), hasta mimetizarse en grandes instancias de poder como la FANB y los poderes civiles del Estado”.
Para el comentarista “Maduro solo confirmó el tiempo que tiene este aparato de inteligencia (...) realizando labores intensas de formación y adoctrinamiento a través del Frente Francisco de Miranda, de los colectivos armados, y de la juventud marxista de este país, en un trabajo de hormiguita y de bajo perfil que les ha permitido camuflarse y decidir nuestro destino, manejar a su libre albedrío nuestras riquezas, designar jueces, escribir los abominables parlamentos que hemos escuchado sobre las torturas”
El autor concluye señalando que el castrismo ha decidido que su permanencia en Venezuela será por tiempo indefinido, y resalta que a su llegada a La Habana, tras participar en los actos por el primer aniversario de la muerte de Hugo Chávez, el canciller de la isla, Bruno Rodríguez, dijo que no sólo seguirán operando en Venezuela, sino que combatirán los "hechos desestabilizadores" provocados por "la derecha... ¿fascista?".