El diario The New York Times considera que sería “de una extrema miopía política” que Donald Trump cumpliera con lo que el Times describe como “un vago ultimátum” lanzado en Twitter por el presidente electo de EE.UU. al gobierno cubano: "Si Cuba no está dispuesta a negociar un mejor acuerdo para el pueblo cubano, los cubanoamericanos y los Estados Unidos en general, pondré fin al acuerdo (de Obama)".
El periódico defiende la apertura del presidente saliente hacia La Habana, que admite no ha sido un catalizador instantáneo de democracia, libertad y prosperidad, “pero ha ayudado a establecer condiciones para que los cubanos comunes tengan una mayor autonomía, en una sociedad gobernada durante mucho tiempo como un estado policial”.
Menciona asimismo la “robusta” agenda bilateral de cooperación que los dos gobiernos han establecido por encima de sus profundos desacuerdos en asuntos como los derechos humanos, y estima que estos son “logros diplomáticos arduamente ganados”, que “han beneficiado a ambas partes”.
Aludiendo a un reportaje de la revista Newsweek durante la campaña electoral, el Times dice que Trump como empresario exploró la posibilidad de invertir en Cuba en los 90, “en violación del embargo comercial” y destaca comentarios de aprobación del candidato republicano respecto a una política de compromiso con la isla, “antes de que adoptara una línea más dura en los días finales de la campaña”.
“Si la política de Cuba del Sr. Trump coincide con su última retórica, es probable que la cooperación se desvanezca”, continúa diciendo. “Eso sólo envalentonaría a los intolerantes que dentro del régimen cubano recelan de recomponer las relaciones con los Estados Unidos y se empeñan en mantener a Cuba como un baluarte del socialismo represivo”.
El Times asegura que estos partidarios de la línea dura encontrarían en Trump el pretexto ideal para atizar el nacionalismo entre los cubanos, quienes, asegura el editorial, “son feroces protectores de la soberanía de su nación y su derecho a la autodeterminación”.
Como alternativa, propone el diario neoyorquino, Trump “podría basarse en el enfoque de Obama y presionar a los legisladores para que eliminen el absurdo embargo. Una vez que eso ocurra, el gobierno estadounidense estaría en mejor posición para seguir promoviendo la libertad de expresión, la libre empresa y la gobernabilidad democrática”, aunque “dejando en claro que el futuro de Cuba debe ser decidido por los cubanos”, concluye el editorial del New York Times.