Hoy, Estados Unidos está dando pasos importantes para normalizar las relaciones con Cuba y para lograr una mayor consistencia en nuestra política de inmigración. El Departamento de Seguridad Nacional está poniendo fin a la llamada política de "pies mojados / pies secos", que se puso en práctica hace más de veinte años y fue diseñada para una época diferente.
Con efecto inmediato, los cubanos que intenten ingresar a los Estados Unidos ilegalmente y no califiquen para ayuda humanitaria estarán sujetos a deportación, de acuerdo con la ley de los Estados Unidos y las prioridades de su cumplimiento. Al dar este paso, estamos tratando a los emigrantes cubanos de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países.
El gobierno cubano ha acordado aceptar el regreso de los nacionales cubanos que tienen orden de deportación, al igual que ha aceptado el retorno de los inmigrantes interceptados en el mar.
Hoy, el Departamento de Seguridad Nacional también está poniendo fin al Programa de especial de inmigración para médicos cubanos. Estados Unidos y Cuba están trabajando juntos para combatir enfermedades que ponen en peligro la salud y la vida de nuestro pueblo.
Proporcionando un trato preferencial al personal médico cubano, el programa especial de inmigración para médicos cubanos contradice estos esfuerzos y corre el riesgo de dañar al pueblo cubano. El personal médico cubano ahora será elegible para solicitar asilo en las embajadas y consulados de los Estados Unidos alrededor del mundo, de acuerdo con los procedimientos para todos los extranjeros.
Los Estados Unidos, una tierra de inmigrantes, se han enriquecido con las contribuciones de los cubano-americanos durante más de un siglo. Desde que asumí el cargo, hemos puesto a la comunidad cubanoamericana en el centro de nuestras políticas. Con este cambio continuaremos recibiendo a los cubanos mientras acogemos a inmigrantes de otras naciones, de acuerdo con nuestras leyes.
Durante mi Administración, trabajamos para mejorar la vida del pueblo cubano, dentro de Cuba, proporcionándoles un mayor acceso a recursos, información y conectividad con el resto del mundo.
Sostener ese enfoque es la mejor manera de asegurar que los cubanos puedan disfrutar de la prosperidad, perseguir reformas y determinar su propio destino. Como dije en La Habana, el futuro de Cuba debe estar en manos del pueblo cubano.
Texto íntegro tomado de la página digital de la Casa Blanca.