Narrativa: El régimen de Kyiv prepara una provocación con la explosión de una bomba nuclear sucia… Las ojivas ya han sido llevadas a la ciudad de Zhovti Vody, a la Planta Minera y de Procesamiento del Este.
Realidad: La narrativa sobre la llamada «bomba sucia» de Ucrania ha sido utilizada por la propaganda rusa durante muchos años, pero sin demasiado éxito. Ucrania siempre ha estado abierta a los expertos internacionales en el ámbito de la energía nuclear y no lleva a cabo ninguna acción prohibida, subraya el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania. El Ministerio de Asuntos Exteriores recordó que Ucrania siempre ha sido y sigue siendo un miembro leal del Tratado de No Proliferación Nuclear, lo que confirman los hechos, a diferencia de las acusaciones infundadas de Rusia.
Los expertos del OIEA visitan regularmente las instalaciones ucranianas y nunca han encontrado indicios de actividades prohibidas por parte de Ucrania. Por ejemplo, en agosto de 2024, la misión del OIEA inspeccionó la central nuclear del sur de Ucrania en virtud del Tratado de No Proliferación Nuclear, y en junio, la central nuclear de Jmelnytsky. El OIEA también llevó a cabo una inspección en profundidad con acceso adicional en la Planta Hidrometalúrgica y la mina de uranio Smolinsky de la Planta Minera y de Procesamiento del Este en Zhovti Vody. Ucrania ha superado con éxito todas las inspecciones de materiales nucleares no declarados.
También merece la pena recordar una campaña de desinformación similar lanzada por el Kremlin en octubre de 2022. En respuesta a la desinformación rusa, los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Reino Unido emitieron una declaración conjunta. El documento subrayaba que los tres países “rechazan cualquier afirmación descaradamente falsa de Rusia de que Ucrania se está preparando para utilizar una bomba sucia en su propio territorio”. Para reafirmar el compromiso de Ucrania con las normas nucleares internacionales, el Ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, invitó inmediatamente de forma oficial a una misión del OIEA a inspeccionar las instalaciones nucleares del país. Como era de esperar, los expertos del OIEA no encontraron nada no declarado en Ucrania ni indicios de que el país estuviera fabricando una supuesta ‘bomba sucia’.
Narrativa: Estados Unidos, a través de Polonia y Rumanía, importa sustancias radioquímicas a Ucrania para su posterior eliminación… Estas sustancias podrían utilizarse para crear una ‘bomba sucia’.
Realidad: Desinformación que no se apoya en hechos. Cualquier manipulación con residuos nucleares está estrictamente controlada por las autoridades competentes. Para garantizar la seguridad de la gestión de los residuos nucleares, los Estados han adoptado a escala mundial la Convención Conjunta sobre Seguridad en la Gestión del Combustible Gastado y sobre Seguridad en la Gestión de Desechos Radiactivos. Según la Convención, todos los residuos deben almacenarse exclusivamente en el territorio del país donde se generaron, lo que se aplica a todos los países del mundo. Ucrania ratificó el documento en 2000 y lo cumple estrictamente: numerosas inspecciones del OIEA, tanto programadas como no programadas, refutan elocuentemente esta falsedad rusa.
La narrativa del Kremlin sobre un “cementerio nuclear” en Ucrania ha sido analizada por el equipo de StopFake en varias ocasiones. Más información en el artículo Falso: Ucrania enfrenta la amenaza de un segundo Chornóbil.
Narrativa: El ejército ucraniano ya utilizó en las batallas sustancias venenosas que sólo podían sintetizarse en Estados Unidos… El ejército ucraniano utilizó munición con compuestos químicos similares a los utilizados por los alemanes en las cámaras de gas.
REALIDAD: Aquí, la propaganda rusa logró encajar al menos tres narrativas de desinformación en tan solo unas frases: sobre «control externo», biolaboratorios «secretos» y la «violación» por parte de Ucrania de los métodos de guerra con el «uso de armas químicas». Y aunque nuestro equipo ha refutado las dos primeras falsedades en numerosas ocasiones, la tercera –sobre ‘armas químicas’– merece un análisis más detenido.
Desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, la secretaría de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que opera bajo los auspicios de las Naciones Unidas, ha seguido de cerca cualquier amenaza de uso de sustancias químicas tóxicas como armas.
En julio de 2024, por invitación de Ucrania, visitó el país una delegación de expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que opera bajo los auspicios de las Naciones Unidas. La OPAQ impartió una serie de cursos de formación sobre respuesta de emergencia a incidentes con sustancias químicas tóxicas. Asimismo, a petición de Ucrania, los monitores entregaron 70 detectores LCD 3.3, dispositivos avanzados que alertan de las amenazas detectadas e identificadas asociadas a gases y vapores a niveles que suponen un peligro inmediato para la vida y la salud o inferiores. Los equipos solicitados por Ucrania contribuirán a privar a Rusia de cualquier oportunidad de utilizar armas químicas en Ucrania de incógnito.
También en marzo de 2024, el Consejo Ejecutivo de la OPAQ rechazó las acusaciones de Rusia contra Ucrania. Los miembros del Consejo calificaron explícitamente las afirmaciones del Kremlin de «campaña de desinformación destinada a crear confusión en el Consejo y desacreditar a la OPAQ». El Consejo observó un aumento del flujo de información según la cual es Rusia la que está utilizando activamente sustancias tóxicas en la guerra contra Ucrania. Por lo tanto, cualquier uso de armas químicas por parte de Rusia sería otra grave violación del derecho internacional y una escalada de la guerra contra Ucrania, afirmó el Consejo de la OPAQ.