Representantes de la oposición al gobierno del presidente Daniel Ortega expresaron su rechazo a la decisión del oficialismo de permitir el ingreso en Nicaragua de tropas extranjeras -las rusas incluidas- lo cual, según dicen, ha provocado un "desequilibrio en la región".
La misiva tiene la estampa de importantes grupos que han participado en negociaciones pasadas con el presidente Daniel Ortega con el fin de intentar poner fin a la crisis política que se vive desde el año 2018, como es el caso de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
“Rusia es considerado a nivel mundial como un país agresor, violador del derecho internacional, lo cual es evidenciado con su invasión a Ucrania, por lo que su presencia en Nicaragua es inaceptable”, dijeron en el comunicado los opositores.
En lugar de las tropas rusas, aprobadas este martes a petición del presidente Daniel Ortega en la Asamblea Nacional, los opositores demandan el ingreso a Managua de una comisión de tres expertos nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) para dar seguimiento a la crisis política en el país.
Esta semana se conoció en medios nicaragüenses que el gobierno del presidente Ortega negó el ingreso a dicha comisión. La Voz de América intentó conocer la postura al respecto de los delegados, pero indicaron que preferían no comentar al respecto.
La polémica en Managua se inició tras publicarse en La Gaceta un decreto de Ortega en donde solicitaba el intercambio con tropas extranjeras para supuestos fines humanitarios, ente ellas se encontrarían tropas rusas, cubanas, venezolanas y estadounidenses.
Durante la sesión los diputados oficialistas dijeron que era algo rutinario, no obstante, tras la invasión de Rusia a Ucrania, el panorama se ha puesto complejo, advierten los analistas.
Estados Unidos y Costa Rica han manifestado su preocupación al respecto, en tanto el oficialismo ha minimizado el alcance que podría tener esta decisión.
La oposición por su parte recordó que en 1979, tras la revolución sandinista, Ortega “se alineó con la Unión Soviética", y tras su regreso al poder en 2007 restableció sus lazos con Moscú, principalmente a través de la adquisición de equipo militar, "provocando un desbalance en el equilibrio de la región y pretendiendo convertir a Nicaragua en una cabeza de playa del expansionismo ruso”.
“La decisión de Ortega de invitar a los rusos es dañina para el pueblo nicaragüense ya que nos regresa al conflicto de la Guerra Fría que ya vivimos en los años 80 y no queremos que eso se repita”, ha dicho el excomandante guerrillero Luis Fley, hoy organizado en la oposición.