La activista y periodista independiente cubana Dairis González Ravelo se encuentra varada en Tapachula, México, tras una travesía por más de 10 países y el peligroso cruce de la selva de El Darién, que enlaza a Colombia con Panamá.
Después de pasar las peores penurias en Cuba, una vida llena de obstáculos colocados por la policía política, arrestos y agresiones físicas, optó por abandonar su natal Morón, provincia de Ciego de Ávila.
En Cuba, González Ravelo se caracterizó por sus tajantes declaraciones en redes sociales como cuando escribió en junio pasado: “Quién quiera ir a pararse frente a un Partido que me avise”, o: “me cansé de apoyar a muchos en mi pueblo, que no son capaces ni de dar su nombre cuando les hago una entrevista”.
Ahora, cuando creía haber vencido lo peor, su esposo, José Armando Pompa González, también activista, ha sido apresado en una redada y recluido en la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, Chiapas, el centro de mayor capacidad a nivel nacional, que puede albergar a 960 personas, pero que históricamente rebasa esa cantidad.
Desde las afueras de esa instalación, la periodista envió un mensaje a Radio Televisión Martí. “Lo único que me decía desde lejos, era que corriera, que huyera, que luchara por lo que siempre hemos querido que es buscar la libertad. Eso me partió el alma”, cuenta la mujer que dejó dos hijos en Cuba al cuidado de su madre.
A Siglo XXI son llevados los migrantes sin papeles, mientras que otros llegan a la instalación por pies propios rendidos ante el hambre y la estancia a cielo abierto.
Usualmente, los extranjeros esperan en detención el documento que les permite transitar libremente por el territorio mexicano, pero también desde Siglo XXI, centroamericanos y cubanos son trasladados a sus países de origen. Ese es precisamente el temor de la opositora cubana.
En los primeros días de este mes, México regresó a la isla a 76 cubanos, 56 mujeres y 20 hombres, que habían llegado de forma irregular a la nación azteca, lo que eleva a 473 la cifra de deportados desde ese país en los últimos dos meses, según informaron medios oficiales cubanos.
En el video enviado a Radio Televisión Martí, González Ravelo insta a los medios de comunicación a que remitan el caso a las oficinas correspondientes de la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas, ACNUR.
En enero, la activista vendió propiedades y pertenencias para viajar a Nicaragua, aprovechando el libre visado, pero el gobierno de Daniel Ortega le impidió el ingreso al país.
Gestionó la salida por Surinam cuando ya su esposo había viajado desde Guyana el 6 de febrero. Se reencontraron el día 14 de ese mismo mes para dos días después emprender la difícil travesía.
“Asaltos, extorción, muertos en el camino, fieras, monos, el guía nos abandonó, todo menos caer víctima de violación sexual”, relató.
Hoy en Tapachula, Dairis González Ravelo ora por la suerte de su esposo y espera que, como en otros casos, salga con permiso de estancia en México en lugar de lo que sería lo peor para un opositor, la deportación.