El pastor Enrique de Jesús Fundora Pérez fue forzado a abandonar Cuba a causa de su apoyo a familiares de presos políticos del 11 de julio.
“Cuando todas las personas salieron a la calle a protestar y a gritar libertad, yo como pastor, me uní a las marchas en San José de las Lajas para acompañar al pueblo de Cuba. Después de ese día hubo hasta miembros de nuestra congregación y de nuestro ministerio que quedaron detenidos, presos, que el día de hoy han sido juzgados y condenados”, explicó el líder religioso.
En entrevista con Radio Televisión Martí, Fundora Pérez narró que el régimen lo conminó a salir de la Isla en una semana bajo la amenaza de procesarlos a él y a su esposa por su labor pastoral a favor de familias de presos políticos.
El reverendo evangelista y su esposa asistían a alrededor de 40 familias con ayuda en alimentos y consejería espiritual.
“Me citaron, me levantaron actas de advertencia, hasta que el pasado jueves que me emboscaron saliendo de la Güinera, de llevar soporte y consuelo a las familias del 11J y me llevaron hasta el punto de control de Pedro Pi. Allí me advirtieron que ‘tuviera cuidado o cualquier cosa me podía pasar en la carretera’: ‘Usted es un hombre inteligente sabe que ya le estamos abriendo un proceso’, me dijeron los agentes. ‘Sabe que ya le vamos a echar 30 años de prisión si no sale del país antes de una semana’.
“Después hablaron con mi esposa, un tal Ernesto, de la Contrainteligencia Militar, y le hicieron las mismas amenazas y además que van a procesarla a ella por complicidad conmigo”, denunció.
“Una amistad nuestra que trabaja en Fiscalía, revisó y, efectivamente, ya había un expediente y un proceso comenzado en contra de mi persona”.
Un pastor amigo le compró un boleto para Serbia y el jueves en la noche abordó la aeronave.
Un video mostró a policías que custodiaban el auto en el que se trasladó el pastor al aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana.
En la terminal aérea de Zurich, Suiza, donde hacía escala su vuelo, pidió asilo por persecución religiosa y persecución política, indicó el pastor que encabezaba en Mayabeque una red de diez iglesias del Movimiento Apostólico en la Isla.