El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, ha ordenado el cierre de los albergues temporales donde permanecían unos 759 migrantes cubanos, a los que irán trasladando a otros sitios más seguros y cercanos a la frontera con Costa Rica, dijeron medios locales.
Los cubanos serán reubicados en centros de hospedaje, dentro de la provincia de Chiriquí, según el diario panameño La Estrella.
Un censo realizado por las autoridades el pasado fin de semana indicó que en el área de Paso Canoas, fronteriza con Costa Rica, hay 759 cubanos, indicó el periódico.
La agencia de noticias EFE reportó el martes, por su parte, que unos 300 cubanos, del grupo varado en Paso Canoas, se mudaron de albergues temporales a un hotel cercano que les gestionó el Gobierno panameño.
El hotel, localizado a unos 50 metros de Paso Canoas y que no estaba en uso, alojará a la totalidad de 759 isleños que se encuentran en esa zona fronteriza desde el pasado 18 de diciembre, cuando Costa Rica cerró su frontera por considerar que los rebasaba la acumulación de unos 8.000 cubanos en su territorio.
El encargado del hotel, que no se identificó, dijo a periodistas que solamente falta comprar colchones para terminar de acondicionar el alojamiento.
Cubanos reaccionan de forma diversa a la medida
Algunos de los cubanos, que tienen por destino final Estados Unidos, reaccionaron con alegría a la decisión de trasladarse.
Pedro González Herrera, procedente de La Habana, dijo a Efe que la medida es "muy importante" porque hasta ahora habían estado a la intemperie.
"Ahora mejoramos porque nos han cambiado de lugar y creo que nos vamos a sentir mejor porque estaremos bajo techo y con unas mejores condiciones", afirmó.
Yovanka Montenegro, por su parte, señaló a Efe que el cambio de lugar ha sido "bastante positivo" y que ella y los otros isleños están agradecidos por el apoyo que están recibiendo.
Montenegro añadió que con esta ayuda no solamente les están cuidando la salud, sino también su protección y seguridad personal.
Pero otros, como Yunier Pavón, se mostraron en contra de la idea de salir de los albergues y dirigirse a otros puntos de la provincia, según publica La Estrella.
"En los albergues hemos recibido la debida atención de los panameños y las autoridades de salud. Queremos más frazadas y alimentos. No creemos que movilizarnos sea lo mejor", dijo Pavón.
Luego de este primer grupo de 300 personas, las demás irán dejando los albergues temporales en iglesias católicas y evangélicas en los próximos días.
La decisión del Gobierno de Panamá, que reponde a razones de salud y de seguridad, fue dada a conocer tras una inspección de funcionarios por la zona.
"Hemos encontrado situaciones sanitarias inadecuadas y no podemos seguir obviando que este es un problema humanitario que puede crear problemas de salud y de seguridad", dijo a periodistas el viceministro panameño de Seguridad Pública, Rogelio Donadío.
El funcionario explicó que continuarán ofreciendo alimentos y atención sanitaria a los migrantes cubanos, conjuntamente con la Cruz Roja y el Sistema Nacional de Protección Civil.
La medida llega en momentos en los que representantes de Centroamérica y México han decidido poner en marcha en enero un "ejercicio piloto de traslado humanitario" desde Costa Rica hacia El Salvador para que los migrantes puedan continuar su recorrido hacia Estados Unidos.
La eventual solución llega a más de un mes del comienzo de la crisis humanitaria que mantiene varados a cerca de 8.000 cubanos en Costa Rica.
La crisis comenzó a mediados de noviembre, cuando el Gobierno de Nicaragua se negó a dejarlos pasar por su frontera, obligándolos a regresar por la fuerza a Costa Rica.
La gran mayoría de los cubanos iniciaron su viaje por tierra y mar en Ecuador, país que hasta el 1 de diciembre no les exigía visa.