Una mujer de La Habana y una adolescente santiaguera perdieron la vida recientemente en hospitales cubanos: a la madre de Jessica de la Caridad Fernández Núñez, de 22 años, le dijeron en el "Salvador Allende”, de La Habana, que su hija había fallecido por bronconeumonía y derrame cerebral.
A los familiares de Rosmerys Serrano Milanés, una joven de 17 años, les informaron en el Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, de Santiago, que la muchacha había fallecido por una encefalopatía hipóxica cerebral.
La mataron con una sobredosis de anestesia, asegura su familia. Y Jessica murió realmente de dengue hemorrágico, sostiene su madre, que es enfermera intensivista.
“Yo digo que mi hija no murió de ningún derrame ni de ninguna bronconeumonía”, declaró a Cubanet la madre de Jessica, Rosa María Núñez Maldonado. “Mi hija murió de un dengue. Porque bueno, una bronconeumonía… sangró por la boca... [Pero] ella sangró por todos los lugares del cuerpo”.
Núñez Maldonado habló con el periodista de Cubanet Enrique Díaz, entrevistado a su vez en el programa de Radio Martí Hoy en Cuba, que conduce el presentador y periodista Tomás Cardoso y produce Patricia Martínez.
“Es enfermera intensivista, está muy familiarizada con este proceder y toda la sintomatología que presentó esa muchacha, en la propia opinión de la madre de la fallecida, fue de un dengue hemorrágico”, declaró Díaz
Desde los primeros síntomas
Todo empezó la madrugada del martes 1ro de octubre, cerca de las 4:20 am. Jessica se despierta llorando con un dolor en la espalda; a las 5:35 am Núñez Maldonado le da una duralgina de 500 mg, y luego la joven dice que “se le ha pasado un poquito”, según relata la madre.
Cuando salieron a las 7:20 al hospital, Jessica le dijo que se sentia muy mal, le contó la enfermera a Cubanet.
La ingresan en La Covadonga, como siguen llamando los habaneros al hospital Salvador Allende, en la cama 9 de la sala Jesús Menéndez. Poco después de las 9:00 de la mañana, su yerno la llama y le pide que vaya urgentemente, porque Jessica tiene fiebre y está vomitando por la nariz.
El miércoles “la levanté, la llevé al baño y ya ella tenía un poquitico de sangramiento”, le contó Núñez Maldonado a Cubanet. “Llamo [a la doctora] y le digo: mire, ella está escupiendo sangre y está sangrando por… [La doctora dijo:] No, para allá, para la terapia intermedia”.
En medio de la conversación con los reporteros, la mujer señala hacia un lugar de la casa donde guarda las órdenes de una placa y un ultrasonido que jamás le hicieron a su hija.
“Mis quejas son de terapia intensiva, de cómo el médico, el jefe de la guardia de ese día, me trató”, manifiesta Núñez Maldonado. “Yo soy intensivista, y sé cómo se trabaja en una [sala de] terapia. Y yo positivamente sé que me engañaron, porque yo estoy segura de que no me le dio una bronconeumonía: [fue por] anemia crónica megaloblástica. Si entré con 9.2 [de hemoglobina] y estoy por 6, ¿no me estoy muriendo?”
Murió a la 1:55 de la madrugada del jueves 3 de octubre. A pesar de ser enfermera, la madre dice estar muy decepcionada con la salud pública cubana porque, entre otras cosas, para que la traten bien en un hospital debe decir que es enfermera.
“No me engañen: llámenme, díganme la verdad”, clama en el diálogo con Cubanet. “Para ellos no hubo necesidad de trasfundirla [hacerle una transfusión de sangre]. Para mí sí. […] Siempre pensé que mi hija fuera quien me iba a enterrar a mí, no yo a mi hija”.
'La causa directa es el anestésico'
El 11 de octubre, al cabo de nueve días en coma después de dar a luz a su segunda hija, la joven de 17 años Rosmerys Serrano Milanés perdió la vida en el Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba.
Entrevistada por la periodista de Cubanet Yadira Serrano Díaz, la madre de Rosmerys, Yusleidis Milanés García, sostuvo que su hija murió por una sobredosis de anestesia.
“Rosmerys tuvo un parto por cesárea y le aplicaron la anestesia general para hacerle la intervención”, relata Milanés García en entrevista con Cardoso. “Sin embargo, la mamá dice que ella tenía una especie de erupción cutánea luego de que le pusieran la raquídea en su primer parto, lo que muestra que indudablemente ella hacía una reacción adversa, hacía una alergia a la anestesia, y los médicos no se percataron de eso al parecer”.
La certificación de muerte por hipoxia cerebral no es apropiada, explica a Cardoso el médico santiaguero Roberto Serrano.
“Realmente ya la hipoxia cerebral es secundaria a este proceso de paro cardiovascular que ella tuvo”, explica el Dr. Serrano. “La causa directa de muerte es el medicamento, el anestésico que se le puso, porque ella era alérgica”.