La televisión estatal iraní dijo el lunes que al menos 12 personas murieron durante la noche de domingo para lunes en las protestas que han surgido en áreas a lo largo del país desde la semana pasada.
Diez personas fallecieron durante enfrentamientos el domingo en la noche, dijo la información de la televisora estatal sin ofrecer más detalles. Dos activistas más perdieron la vida en la ciudad de Izeh, al suroeste del país, pero no se sabía quiénes eran los responsables.
"Algunos manifestantes armados intentaron tomar algunas comisarías y bases militares pero enfrentaron la firme resistencia de las fuerzas de seguridad", explicó la cadena. No se indicó dónde tuvieron lugar los asaltos.
La televisora estatal emitió imágenes de edificios en llamas y de personal de una ambulancia intentado ayudar a una persona herida en medio de una multitud de personas que gritaban. Además mostró un camión de bomberos que parecía haber sido atacado y calcinado.
Las protestas comenzaron de forma limitada el jueves en Mashhad —la segunda ciudad más grande de Irán y base principal de los opositores al presidente Hassan Rouhani—, pero desde entonces se han extendido a varias otras ciudades, con algunos asistentes coreando eslóganes contra el gobierno y el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. Cientos de personas han sido arrestadas.
En la primera respuesta pública a las protestas, la prensa estatal iraní citó a Rouhani el domingo reconociendo que los iraníes tienen derecho a protestar y criticar a su gobierno, pero Rouhani dijo que el desorden social y la destrucción de propiedad pública no son aceptables.
También dijo que el presidente estadounidense Donald Trump no "tiene derecho" a simpatizar con el pueblo iraní, luego que este se pronunciara a favor de los manifestantes al decir que "la gente finalmente sabe que su dinero y su riqueza está siendo malgastada en terrorismo".
Irán bloqueó el domingo el acceso a Instagram y a la aplicación de mensajería Telegram, utilizada por los activistas para organizarse.
¿Movimiento trascendente?
Stepehen Zunes, presidente de la organización Estudios del Medio Oriente de la Universidad de San Francisco, dijo que el poder real en Irán está en manos de los "clérigos reaccionarios" como el líder supremo Jamenei y los reformistas como Rouhani, que han sido incapaces de hacer que la sociedad iraní cumpla con las necesidades de la gente. Zunes dijo a la Voz de América que la gran interrogante es si los manifestantes van a tener la fuerza suficiente para continuar.
"Parece haber sido algo espontáneo y no muy bien organizado, y si bien la mayoría de los iraníes quieren un cambio, generalmente no se necesita tener un pensamiento estratégico más grande para poder forzar reformas importantes, mucho menos un cambio de gobierno", explica el experto.
La economía de Irán ha mejorado desde 2015 cuando firmó un pacto con las grandes potencias para limitar su desarrollo nuclear. Y ahora Irán puede vender su petróleo en los mercados mundiales y ha firmado, entre otros, acuerdos de miles de millones de dólares con fabricantes de aviones occidentales.
Huevos y pollos
Pero esa mejoría no ha llegado al iraní promedio. El desempleo sigue siendo alto y la inflación ha subido por lo menos un 10 por ciento, según las mismas autoridades. Un reciente aumento en los precios de los huevos y la carne de pollo de hasta un 40 por ciento, que un portavoz del gobierno atribuyó a una disminución en la producción por temor a la gripe aviar, parece haber sido el detonante de las protestas.
El mito de la reforma
Pero los expertos señalan también otras causas, como la presión que se ejerce sobre la banca y el temor de la gente a que sus depósitos desaparezcan en medio de una incontrolable inflación.
"Yo creo que es una llamada de atención para Rouhani, dice Alex Vatanka, un experto del Instituto de Oriente Medio. "Rouhany ha creído tener a la gente que votó por él de su lado. Nadie pensó realmente que él fuera un reformista, pero esperaban que por lo menos tomara ciertas medidas en esa dirección. No ha hecho nada. De hecho, desde su reelección en mayo, ha girado hacia la derecha. Eso ha enfurecido a los reformistas que más o menos creían en la posibilidad de una reforma gradual en la República Islámica".
Pero Behnam Ben Taleblu, un analista de la Fundación para la Defensa y las Democracias, dijo a la VOA que cree que los manifestantes usan el descontento con la economía como forma de expresar sus quejas generales contra el gobierno.
"Lo que es cierto es que el pueblo iraní quiere transparencia, respeto, justicia. Y quiere que su gobierno ponga sus intereses —los intereses nacionales— antes que los intereses miopes, que los intereses partidarios y que los intereses del régimen", dijo Behnam.
También dijo que muchos iraníes están furiosos por que lo que consideran como una injustificada intervención de Irán en los asuntos regionales extranjeros.
"El iraní promedio está observado las luchas políticas en las que el país se mete en la región y se pregunta '¿de que nos sirve eso?'. Y les preocupa su espacio vital y se dan cuenta de la realidad de que su gobierno es incapaz de cumplirles. Por eso es que se oyen los lemas como 'No Gaza, no Líbano. Mi vida por Irán".