El pasado 28 de diciembre, el presidente ruso Vladimir Putin y el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel sostuvieron una conversación telefónica donde “intercambiaron opiniones sobre temas actuales de la cooperación bilateral”, anunció la cancillería rusa.
El Ministerio de Exteriores de Rusia anunció que "las partes prestaron especial atención a los proyectos conjuntos mutuamente beneficiosos en energía, industria y otras áreas".
Por otra parte, mencionan que existe "interés mutuo en un mayor fortalecimiento integral de la cooperación estratégica ruso-cubana".
En el comunicado también aseguran que "Putin felicitó a Miguel Díaz-Canel por el Día Nacional de Cuba - Triunfo de la Revolución - que se celebra el 1 de enero, y le transmitió sus deseos de bienestar y prosperidad para todo el pueblo cubano".
Bajo el nombre de “colaboración”, el acercamiento entre ambos mandatarios va ganando terreno desde que el pasado mes de febrero Putin decidiera declarar la guerra a Ucrania, ganándose el rechazo de la comunidad internacional y contando con el apoyo irrestricto del régimen comunista de Cuba.
En el actual conflicto bélico con Ucrania, Cuba responsabilizó a Estados Unidos y la OTAN de provocar la guerra al impulsar lo que denominan "la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia".
Días antes de lanzar la invasión a Ucrania, La Habana recibió a el vicepresidente ruso, Yuri Borisov y al presidente de la Duma Estatal de la Asamblea Federal de la Federación de Rusia, Viacheslav Volodin y consiguió la reestructuración de su deuda con Moscú valorada de 2.300 millones de dólares.
Desde entonces, el régimen ha demostrado en reiteradas ocasiones su apoyo a Rusia en todas las instancias en las que ha participado del debate sobre la aplicación de sanciones para aplacar la beligerancia rusa.
En octubre pasado, el régimen de La Habana se abstuvo en una votación histórica de la Asamblea General de las Naciones Unidas que condenaba las anexiones de territorios de Ucrania por parte de Rusia y exigía que Moscú diera marcha atrás de inmediato a sus acciones.
Esta actitud también se mantuvo durante los debates de expulsión de Rusia de la Organización de Naciones Unidas.
El 22 de noviembre de este año, Díaz-Canel fue recibido por Putin en Moscú, durante una breve gira realizada varios países aliados con la intención de recabar ayuda ante la grave crisis económica que enfrenta Cuba en los últimos años.
En este encuentro, ambos mandatarios volvieron a enfocarse en la llamada “asociación estratégica ruso-cubana” y revivieron a un viejo símbolo de esa alianza, inaugurando una estatua de Fidel Castro en un espacio público moscovita.
Poco después de esta visita, el presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Esteban Lazo Hernández, realizó una intervención en el Senado de Rusia donde afirmó que La Habana considera "imprescindible que las compañías rusas participen activamente en proyectos de inversión en Cuba" e invitó a "las entidades federadas rusas a participar en el plan nacional de Cuba para el desarrollo económico y social hasta el año 2030".
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