La secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, resaltó en conferencia de prensa este viernes en La Habana que las profundas diferencias entre los Gobiernos de Estados Unidos y Cuba no son un impedimento para seguir adelante el camino de la normalización de las relaciones diplomáticas.
"Tener relaciones diplomáticas no es un regalo ni algo que refleja que no tenemos discrepancias. Tenemos diferencias con muchos países y eso no significa que no tengamos relaciones diplomáticas", dijo la funcionaria a periodistas independientes, medios de prensa oficiales y corresponsales extranjeros.
Jacobson leyó una declaración en inglés y español en la que se declaró honrada de ser la primera funcionaria de su rango que visita Cuba en los últimos 38 años y especialmente por representar a su país en un proceso tan importante para las relaciones exteriores que calificó como un "camino largo y complejo".
Explicó que en estos dos días de conversaciones con la delegación cubana discutieron temas puntuales para restablecer las relaciones diplomáticas en los que Cuba y Estados Unidos tienen interés común así como asuntos en los que ambos Gobiernos quieren colaborar "donde sea posible", como la apertura de embajadas, los acuerdos migratorios o el correo directo.
De igual forma, abordaron otros tópicos en los que sobresalen las diferencias como es el caso de la libre expresión, los derechos humanos y los fugitivos de la justicia estadounidense refugiados en Cuba. Resolver asuntos como estos es parte del trabajo de la diplomacia.
Preguntada sobre el impacto de la nueva política estadounidense respecto a Cuba, respondió que no tiene una bola de cristal para saber lo que va a ocurrir en cinco o diez años pero que sí sabe que la nueva política busca superar 50 años de dificultades y aislamiento, y que buscará informar al pueblo cubano para que pueda tomar sus propias decisiones, así como un diálogo con el Gobierno de la isla.
Su Gobierno busca restablecer relaciones diplomáticas y empoderar al pueblo cubano, pero esto es algo que no se consigue en un día o en un mes, alertó.
"Entendemos que, aunque la política de Estados Unidos ha cambiado, vamos a ver si el Gobierno cubano puede cambiar tan rápido como nosotros", sentenció.
Jacobson aseguró que discutieron el tema de los Derechos Humanos, que son "el centro de la política de Estados Unidos", que considera como el más importante instrumento en ese sentido la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
"Reconocemos nuestras imperfecciones, pero nuestro sistema permite transparencia y libertad de expresión" para enmendarlas, dijo Jacobson al tiempo que aclaró que no había viajado a la isla como una experta en materia de Derechos Humanos y que asuntos puntuales como la protección ambiental, la salud y las telecomunicaciones serían abordados en un futuro por especialistas de ambos países.
En el caso de las telecomunicaciones, explicó que las medidas anunciadas por Obama en ese campo buscan facilitar el acceso a la información y a la infraestructura de información para Cuba, si el Gobierno cubano está dispuesto a aceptar ayuda en ese campo.
La diplomática aseguró, por otra parte, que los fines de Estados Unidos en la isla siguen siendo los mismos ─empoderar al pueblo cubano para que pueda decidir por sí mismo y tener cerca de Estados Unidos un país libre y democrático─ las tácticas debían ser cambiadas y, aunque va a tomar tiempo, su Gobierno está listo para avanzar, si el Gobierno cubano también lo está.
Un periodista de Granma le preguntó que cómo pretendían establecer relaciones con Cuba quedando pendientes temas álgidos como el embargo, la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo y el programa de apoyo a los médicos cubanos que escapan de sus misiones en terceros países.
La funcionaria respondió que el embargo es un tema legislativo; que el presidente Barack Obama o en su reciente discurso sobre el Estado de la Unión pidió al Congreso el levantamiento de las sanciones: "Él (Obama) ha cambiado lo que puede y los términos del debate, pero hay derechos legislativos y derechos ejecutivos".
En cuanto a sacar a Cuba de la lista estados patrocinadores del terrorismo recordó que la revisión de la lista pedida por Obama el pasado 17 de diciembre al secretario de Estado John Kerry se está implementando "ahora mismo".
Jacobson insistió en que para el restablecimiento de relaciones los diplomáticos estadounidenses de servicio en Cuba necesitan poder viajar libremente dentro de la isla para poder servir al público de una manera más eficaz tal y como lo hace el personal diplomático de otros países. Además, que los cubanos puedan llegar libremente a la futura embajada de Estados Unidos sin que las autoridades de la isla anoten sus nombres.
Respecto al programa que ayuda a los que Cuba considera "médicos desertores", explicó que su Gobierno no tiene planes de cambiarlo y que es un asunto que refleja la perspectiva y la soberanía de Estados Unidos.
Por último, Jacobson mencionó sus encuentros con representantes de la sociedad civil cubana, como la comunidad judía y activistas de Derechos Humanos y representantes de la oposición con los que sostuvo un almuerzo en el que le hicieron saber sus discrepancias o su apoyo sobre las nuevas relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
"No hay nada que pueda reemplazar el contacto personal", dijo, y consideró "invalorable" el escuchar sus puntos de vista, prometiendo que tendría más contactos con ellos en el resto del día.