El rapero contestatario Omar Mena, conocido como "El Analista", tomó un vuelo rumbo a Nicaragua el pasado fin de semana. Este martes se encuentra junto a otros 40 cubanos en Guatemala a punto de cruzar el río para llegar a la ciudad de Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas.
Su plan es llegar a la frontera de Estados Unidos y pedir asilo político. “Tengo todas las pruebas para que escuchen mi caso pero el dinero me alcanza apenas para llegar a Tapachula. En Cuba los opositores somos personas muy vulnerables. El Gobierno decide cuándo trabajamos y cuándo no y, digan lo que digan, a nosotros no nos paga nadie”, explica en declaraciones a Martí Noticias.
Más de 20 mil cubanos están varados actualmente en Tapachula, donde se concentra entre el 50% y el 60% de todas las solicitudes de asilo en México. De acuerdo a cifras publicadas por el Instituto Nacional de Migración (INM), Cuba es el tercer país con más migrantes atendidos por las Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR).
Andrés Ramírez Silva, director de esa organización, declaró a la agencia AP que las solicitudes de refugio podrían llegar a unas 150,000 este año. La mayoría provienen de cubanos, haitianos y hondureños, que representan aproximadamente el 80% del total.
Este lunes autoridades mexicanas informaron la suspensión del permiso de vuelo para para acudir a las citas de CBP One en la frontera sur de EE.UU. Según explicaron los oficiales a los migrantes, solo quienes tengan aprobado el parole humanitario podrán recibir dicho permiso, pero el resto tendrá que continuar su travesía por tierra.
“Hay personas que como yo tienen un historial de represión. Tuvimos que salir huyendo de Cuba y estamos abandonados. Pienso que deberían existir opciones para las personas que sufrimos este tipo de cosas”, explica Mena.
Hace unos días el músico compartió un mensaje en sus redes sociales en el que informaba de su salida del país. “Cuba es algo que siempre dolerá, algo que no sé si dejo un pedazo de mi en ella o me llevo un pedazo de ella en mí. Cuando lean este escrito, estaré arribando un avión, otra madre sin un hijo para los próximos festivos, otro hijo sin un padre para un abrazo cuando lo necesite. Cuba es el país de las despedidas, luego de despedir amigos y dispersarlos por el mundo, hoy me toca decir adiós, no sé si todos resumen este momento a la felicidad de escapar, de al fin salí; para mi es raro, dejar Cuba es una derrota”, escribió.
Mena, que sufrió durante años el acoso constante de la Policía política y la represión por parte de los agentes de la Seguridad del Estado, asegura que le habría gustado estar con sus amigos “dando el mismo berro de siempre”. “Pero me quedé prácticamente solo y con muchas responsabilidades. Tengo un niño de tres años y una niña de 13. En los últimos tiempos ya no publicaba todas las veces que me citaban para interrogatorios. Me mantuve denunciando los abusos pero ya no hablaba de mi”, cuenta.
“Nunca pensé irme. Yo ahora quisiera estar con un Luis Manuel Otero libre, con un Maykel Osorbo libre, con un Movimiento San Isidro activo, en fin con todo el mundo. No es un triunfo haberme ido, no es una victoria. No lo logré, no logré lo que Cuba necesita”, confiesa.
Según cuenta, en la última citación los agentes le insinuaron que sabían de su fecha de salida del país pero nunca lo amenazaron como han hecho con tantos otros activistas. “En mi caso ellos sabían que por esa vía no iban a lograr nada. La Seguridad del Estado conoce muy bien a cada persona con la que trata y sabían que no me podían obligar a irme bajo amenazas porque me quedaba para siempre… y era tanque y era prisión y era lo que fuera”.
“Cuba es, innegablemente, un país en fuga. Es triste lo que se ve en este viaje”, dice el rapero sobre su travesía por Centroamérica. “Hay un ambiente de felicidad tremendo, pero las imágenes son muy tristes. Hay niños, personas de todas las edades. Es un éxodo masivo provocado por la dictadura y realmente es doloroso ver cómo personas todas las edades deciden escapar. Es triste ver cómo niños de 6 y 7 años están conscientes de lo que están haciendo y van felices por eso, pese a todos los peligros que implica este viaje”.
“Yo tuve que dejar a mis dos hijos atrás, preferí no exponerlos. Pero desde que llegas a Nicaragua, cuando te bajas del avión, empiezas a ver el cambio. Las cosas que mis hijos no pueden comer, todo lo que nunca probamos los adultos para dárselo a ellos, ahí están botadas”.
“La noche no será eterna, es dentro de la historia de la oposición, una de las frases con más sentido y más lindas que se ha dicho”, comenta Mena. Y confía que así sea. "Hasta pronto Cuba, sé que quiero morir en mi tierra y que regresaré cuando sea libre, que será más pronto que tarde".
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