El gobernante cubano Raúl Castro, advirtió el sábado que Estados Unidos está decidido aponer fin a la revolución, a pesar del restablecimiento de relaciones y la visita del mandatario Barack Obama, y afirmó que el país comunista mantendrá su modelo de partido único como arma para defender su sistema.
Castro inauguró el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que se propone examinar durante cuatro días el lento ritmo de sus reformas económicas y cómo será el futuro sin los octogenarios líderes que en 1959 instauraron un régimen comunista en Cuba.
"Debemos estar alertas, hoy más que nunca", dijo Castro, quien reemplazó a su hermano Fidel al frente del Partido y el Gobierno, cuando éste tuvo que renunciar en 2006 por graves problemas intestinales.
Castro dijo que sigue convencido de los beneficios mutuos que representa el mejoramiento de las relaciones con Washington, y apuntó que La Habana está comprometida con el deshielo, pero dejó claro que la decisión de Obama busca cambios políticos y económicos en Cuba.
"Los objetivos son los mismos, sólo los métodos han cambiado", agregó.
En su discurso de dos horas y media, Castro anunció una reforma constitucional que recoja la "actualización" del régimen, pero sin alterar el "carácter irrevocable" de su actual sistema, dejó claro que se mantendrá el sistema de partido único y que Cuba no volverá al capitalismo.
Castro propuso limitar la edad máxima para integrar los órganos de gobierno del partido: 60 años para ingresar en el Comité Central y 70 para formar parte de la alta dirección, como el Buró Político.
"Que silencio ha provocado este tema. No crean algunos que porque no pueden estar en un nivel de dirección del país ya no pueden hacer nada", dijo Castro.
El gobernante cubano indicó que la nueva Constitución, que se aprobará en un referendo popular, incluirá la "conceptualización" del nuevo modelo económico y social, que deberá definir el alcance y combinación de las formas de gestión estatales y privadas; asunto que, debido a su complejidad, no podrá resolverse en este Congreso.
Castro admitió que han proliferado micro, pequeñas y medianas empresas privadas al calor de las reformas económicas emprendidas hace cinco años, abogó por dejar los "eufemismos" y "llamar a las cosas por su nombre"; pero advirtió que la existencia de la propiedad privada en Cuba no implica la "restauración del capitalismo".
Insistió en que la empresa estatal seguirá siendo el modelo económico principal en Cuba y que en los "lineamientos" -término oficial para referirse a las reformas- "se precisa rotundamente que en las formas de gestión no estatales no se permitirá la concentración de la propiedad, ni tampoco de las riquezas".
"No somos ingenuos, ni ignoramos la influencia de poderosa fuerzas externas que apuestan a lo que llaman el empoderamiento de las fuerzas no estatales de gestión con el fin de generar agentes de cambio para acabar con la Revolución ", concluyó.