El líder socialista español, Pedro Sánchez, dimitió este sábado al término de una caótica reunión de la dirigenciadel PSOE que votó contra su propuesta de celebrar unas elecciones primarias y un congreso extraordinario.
La renuncia de Sánchez dará paso a una comisión cuyo único objetivo será gestionar de forma interina el partido hasta que un congreso renueve los órganos de dirección del PSOE
El secretario general, que perdió la votación por 133 votos frente a 107, anunció él mismo su dimisión y pidió unidad en el partido.
La dimisión del líder del PSOE se produce en medio de una seria crisis institucional en España, cuyo Gobierno está en funciones desde hace más de nueves meses.
Varios representantes del sector crítico que ha derrotado a Sánchez se han declarado partidarios de que el PSOE se abstenga en el Parlamento durante una nueva sesión de investidura del presidente en funciones, el conservador Mariano Rajoy, para que pueda formar Gobierno.
El PSOE llegó al encuentro fracturado en dos bandos formados en torno al siguiente dilema: dejar que el PP de Mariano Rajoy gobierne España en minoría con 137 de los 350 diputados del Parlamento, o bien seguir oponiéndose a éste y explorar un gobierno alternativo, tal y como proponía Sánchez.
Pedro Sánchez insistió en todo momento en que no se debía facilitar el gobierno al PP, sino explorar un ejecutivo alternativo con los izquierdistas de Podemos.
Como juntos no llegaban a la mayoría absoluta, esta coalición habría necesitado alguna forma de apoyo de los independentistas catalanes. Podemos pidió con insistencia a Sánchez que promoviera un gobierno alternativo de izquierdas, y este sábado, su líder Pablo Iglesias condenó el resultado.
"Se imponen en el PSOE los partidarios de dar el gobierno al PP. Frente al gobierno de la corrupción, nosotros seguiremos con y por la gente", escribió Iglesias en su cuenta de Twitter.
Los detractores de Sánchez le replicaron al ahora ex secretario general que con 85 diputados en el Parlamento no se puede gobernar, y le reprochaban haber cosechado los peores resultados históricos para el PSOE en las elecciones generales de diciembre y junio, y en las regionales de Galicia y País Vasco el domingo pasado.