La exfiscal y activista cubana Yeilis Torres Cruz quedó libre de todos los cargos que se le imputaban, según le notificaron este jueves las autoridades durante una citación policial en la unidad de 100 y Aldabó, en La Habana.
Torres Cruz dijo a Radio Martí que tuvo que pagar una multa de 3.000 pesos por un delito que no cometió, que dejó sin efecto la medida cautelar que enfrentaba, y que continúa su lucha por la libertad de Cuba.
"El atentado con agravantes conlleva alteración del orden, incitación al odio y la violencia, el delito de atentado como tal, desacato a la autoridad... Ya no voy a ser procesada judicialmente. Fueron 10 meses perdidos, 10 meses en una prisión sin motivo alguno para, al final, ahora salirme con esto de que son 3.000 pesos de multa", denunció.
Torres Cruz agregó que su abogado no estaba de acuerdo con la decisión de las autoridades de retirar los cargos. "Mi abogado quería llevar el caso a juicio porque, al pagar esta multa, reconozco que cometí el delito, por eso nos sentimos un poquito derrotados, pero, nada, es una victoria", explicó.
Las restricciones de movimiento impuestas bajo la medida cautelar también fueron eliminadas tras el pago de la multa, puntualizó. "Lo que queda es seguir luchando", aseveró.
La activista fue detenida el 11 de mayo por encarar en la vía pública al vocero del régimen cubano Humberto López, quien la agredió para arrebatarle su teléfono celular, con el que realizaba una transmisión en vivo a través de Facebook.
"Libre de cargos penales y más mentiras. Al leer esto me dio asco, porque el descaro es tan grande que no dice una verdad. Pero mi corazón no es libre, aún hay muchos hermanos presos. ¡Libertad para todos los presos políticos!", escribió este jueves en la red social.
La integrante de la Unión Patriótica de Cuba permaneció detenida durante 10 meses en la Prisión de Mujeres de Occidente, en el Guatao, municipio La Lisa, y liberada en marzo pasado bajo la medida cautelar de prisión domiciliaria.
Durante su encarcelamiento, Torres Cruz padeció de dengue y no recibió atención médica. Familiares y conocidos que tenían contacto con ella a través de llamadas telefónicas desde el penal informaron a Radio Martí que la activista era agredida mentalmente por sus carceleros, quienes intentaban “de poner a los presos comunes en su contra”.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)
