Fanáticos de todas las edades han tomado las calles y hacen largas colas para no perderse el concierto de los Rolling Stones previsto para esta noche.
Desde la madrugada, las calles están fuertemente custodiadas por la policía, encargada de mantener el orden en una ciudad que tendrá en la misma semana la visita de Barack Obama y el concierto de la mítica banda.
"Esto es lo máximo. Para mí es la consagración", dijo a Reuters Juan Carlos León, de 57 años, que se entretenía cantando su propia versión del éxito "Satisfaction". Y agrega: "Los he esperado toda la vida".
Grupos de fanáticos con camisetas negras estampadas con la imagen de la banda británica pasaron la noche en carpas o durmiendo en las aceras, a la espera de que suenen los primeros acordes musicales.
Miguel García, un técnico de 62 años, viajó en autobús desde Cienfuegos (centro de la isla) y durmió a la intemperie para experimentar por unas horas la "época que no pudo vivir" por la prohibición de la música en inglés.
"Vengo preparado para llorar. Este concierto va a ser la llave de la cerradura. Los Rolling Stones van a abrirla para que Cuba tenga opciones de más bandas de rock, sobre todo de la época que no pudimos disfrutar", dijo a AFP.
Agencias de noticias dijeron que las calles cercanas a la Ciudad Deportiva estaban cerradas el jueves. Un inusual escenario de metal con el equipamiento de audio del espectáculo fue instalado en el área.
Prohibidos en la isla en una época en la que su música fue considerada "diversionismo ideológico", ahora los Rolling Stone aterrizan dispuestos a hacer historia en Cuba.
"Es muy importante. Un concierto de estas características nunca se ha visto en Cuba", declaró a AP el musicólogo Joaquín Borges. "Va a significar un puente para que otras agrupaciones de este rango vengan a hacer sus presentaciones".
El periódico oficial Granma que ha cubierto los preparativos del concierto, publicó un artículo el jueves, que da fe de las enormes expectativas que tienen los cubanos con el evento.
"Cuba amanece con los Rolling Stones", dijo el diario del Partido Comunista, que también alude a grupos de latinos, norteamericanos y europeos que aguardan fuera para asistir al concierto gratuito.
Habrá capacidad para 400.000 espectadores.
El evento que tiene eufóricos a los cubanos es visto como una deuda pendiente en la isla, que tuvo que esconderse en las décadas de 1960 y 1970, y hasta enmascarar los discos de bandas como los Rolling Stones debido a la censura y represalias que sufrían entonces los fanáticos.